“Se acabó/ Porque yo me lo propuse, y sufrí/ Como nadie había sufrido, y mi piel/ Se quedó vacía y sola/ Desahuciada en el olvido, y después…”, cantaba María Jiménez para denunciar el maltrato machista que había sufrido por parte de su pareja, el actor Pepe Sancho. El Se acabó (1978) se ha convertido con los años en un himno contra la violencia de género. Sin embargo, la música, al menos en este caso, no logra amansar a las fieras. En el momento de escribir esto, 14 mujeres han muerto en Cataluña este 2023 a manos de sus parejas o exparejas. Una pandemia, a la que no se le encuentra vacuna, que lejos de retroceder, crece. ¿Se hace lo suficiente para erradicarla? No.
Se acabó se ha convertido este 2023 también en catalizador de un #MeToo en España, el movimiento por el que las mujeres relatan sus experiencias de acoso sexual y laboral, tras el beso no consentido de Luis Rubiales a la jugadora Jennifer Hermoso en la final del Mundial de Fútbol. Aunque quizás sólo fue casualidad que la futbolista Alexia Putellas eligiera exactamente estas mismas palabras para plantarse en contra del presidente de la RFEF. «Esto es inaceptable. Se acabó. Contigo compañera», publicó la jugadora dos veces Pelota de Oro a X, antes Twitter. Un Se acabó multiplicado por el resto de las jugadoras de la selección española de fútbol. Algo ha empezado a cambiar en un ámbito tan machista como el del fútbol, un cambio insuficiente, pero esperanzador. Mapi León, Patri Guijarro y tantas otras han dicho Se acabó y casi Se acabó, pero todavía hay trabajo por hacer y tenemos que hacerlo entre todos siguiendo su ejemplo.
El 2023, que mañana se acaba, ha sido el año, pienso, del Se acabó. Otras cosas han pasado, cierto, relevantes igualmente, pero me quedo con la frase de la Jiménez para resumirlo: Se acabó.
*Un último apunte: para pedir ayuda en caso de violencia machista hay un teléfono de atención e información: 900 900 120. También funciona un WhatsApp: 610 00 11 22. Y en caso de emergencia ante una agresión también se puede llamar al 112.
