A la propia ERC, y especialmente a los de Igualada. Justo saberse que Marc Castells -independiente ilustre de Junts- rompía la disciplina de voto del partido y como diputado provincial entraba a formar parte del gobierno del PSC y ‘Comuns’ en la Diputación de Barcelona, los republicanos igualadinos iniciaban su campaña de críticas contra el alcalde díscolo. Una campaña liderada por la vicepresidenta del Parlament, Alba Vergés -rival derrotada por Castells en las pasadas elecciones municipales en Igualada-.
Entre otras cosas, Vergés decía en Twitter: “Repetimos la historia de hace 4 años, versión mejorada de Marc Castells, ¡ahora díscolo y todo! 1: Compro el concejal que me falta con 43.000 € para los socialistas, 2: Doy el Consell Comarcal a los socialistas, y 3: Doy la Diputación de Barcelona a los socialistas. ¡Todo por un sueldo y un cargo!”. No satisfecha, añadía: “Lo que no se puede hacer en política es pedir la confianza de los igualadinos e igualadinas sin contar con qué proyecto político de ciudad y de país. A ver qué dirá Junts en Igualada. Espero que sean honestos por un día y no nos venda que lo hace por Igualada”. Y unos días después aún añadía un tercer tuit: “Segunda ronda del serial. No entiendo el silencio de Junts en Igualada. Son los primeros que deberían pedir explicaciones. Al menos por respeto a las igualadinas. Querer gobernar es legítimo, el tema es como: Transfuguismo y cambio favores con socialistas”.
El anuncio, al día siguiente de las elecciones generales, de que ERC entraba también en el gobierno de la Diputación de Barcelona ha cogido a muchos republicanos con el paso cambiado. En Igualada no se entiende la decisión y algunos se sienten engañados. Vergés ha optado, como suele hacer cuando pintan bastos, por el silencio. Otros, como Joan Mangues -destacado republicano igualadino, en juicio por unas pintadas en la fachada en la sede del Consell Comarcal de Anoia-, han criticado el pacto de ERC en la Diputació de Barcelona abiertamente: “Esto no tiene ningún sentido y no veo la necesidad en ninguna parte. Haces campaña vendiendo que hay que evitar que el PSC tenga las instituciones catalanas y que en Cataluña son el rival número 1, y dos días más tarde entras en la DIBA con ellos”.
