El cabeza de lista de Vox en el Congreso por Barcelona, Juan José Aizcorbe, no se votó a sí mismo el pasado domingo. No es una sospecha, es algo contrastable. Y es que al partido de ultraderecha le importa tan poco Cataluña, lo que ocurra en unas generales en Cataluña y lo que puedan pensar de ellos los catalanes, que escogieron de candidato a una persona que vive fuera de Cataluña y está empadronada en Pozuelo de Alarcón, uno de los municipios de mayor renta per cápita de la Comunidad de Madrid. Por eso Aizcorbe tuvo que ir a la localidad madrileña para poder coger una papeleta de Vox donde salía el nombre de Santiago Abascal y no el suyo para poder votar.
No es un elemento extraño para Vox, si tenemos en cuenta cómo ha ido su campaña en Catalunya. De hecho, la formación ultra ha realizado pocos actos y mítines en estos quince días previos al 23-J, y la mayoría han estado en lugares donde sabían que provocaban mucho rechazo o para lanzar mensajes simbólicos atendiendo al municipio en el que estaban. Abascal sólo visitó Cataluña antes de la campaña, y Aizcorbe no ha realizado la mayoría de actos públicos y mítines de la campaña. Los de extrema derecha se han dedicado más a pasear a Ignacio Garriga que Aizcorbe, y su gran momento de campaña fue la salida de tono encarándose físicamente a un grupo de antifascistas.
