La financiación del Espai Barça se está poniendo imposible para Laporta

A pocas horas de la gran decisión, Goldman Sachs responde a las dudas que plantea el caso Negreira con la amenaza de subir los intereses al 10% y plantea dos meses de prórroga antes de aprobar la operación

Joan Laporta

Más allá del tranquilizador liderato del equipo de Xavi en la Liga, la actualidad del FC Barcelona está sometida a una terrible presión entre los continuos disgustos por las filtraciones del caso Negreira y la cuenta atrás de la operación financiera del Espai Barça, que se está poniendo muy cuesta arriba, según las últimas informaciones.

Cuando apenas quedan 48 horas para cerrarla con Goldman Sachs, si la pretensión es que las obras de verdad empiecen este verano de acuerdo al calendario de Limak, la constructora turca ya se ha apresurado a desplegar una empática campaña mediática a través de la prensa catalana sobre las excelencias de su formalidad con los plazos, calidad y precisión de ejecución, y, sobre todo, el secreto mejor guardado de todos: burlar la inflación que sufre todo el sector, excepto Limak.

El susto del día lo dio el digital Vozpópuli cuando informó del cambio de actitud de última hora de Goldman Sachs, determinado a elevar hasta el 10% el tipo de interés de referencia de la gran operación que, se mire por donde se mire, sigue siendo inasumible para la frágil estructura económica del Barça en este momento.

La noticia alude al efecto que ha tenido en esta recta final el caso Negreira, aunque no tanto por sus posibles consecuencias como por la insatisfactoria respuesta de Laporta al cuestionario que la banca americana le envió para conocer la realidad de los hechos, su posible incidencia y los mecanismos de defensa de la junta actual. Las fuentes citadas por el digital sostienen que la réplica proporcionada no ha sido tranquilizadora, ni lo bastante detallada, y que, además, ha llegado envuelta en la misma despreocupación e indolencia que Laporta transmite a su desorientada y atónita masa social.

Goldman, en definitiva, se lo toma más en serio que Laporta y su propio entorno, incluido el periodístico, ajeno por completo al enorme desprestigio internacional que el ruido mediático de Madrid ha proyectado sobre la institución azulgrana, incapaz de defenderse ante la reacción firme y conjunta de los principales estamentos deportivos (CSD, LaLiga y la RFEF, además del Real Madrid, al margen del resto de los clubs) a la hora de personarse como acusación en un caso que la Fiscalía ya ha puesto en manos de una jueza instructora.

Respecto del 6% de interés que Laporta daba por hecho -igualmente altísimo y fuera del alcance azulgrana-, el porcentaje que quiere imponer Goldman no produce una ruptura de las negociaciones, sino que, de acuerdo a la misma información, podría abrir una especie de prórroga de dos meses, aludiendo a que la volatilidad actual de los mercados, afectados todavía por la crisis de la banca suiza y el tembleque del Deustche Bank, podría estabilizarse y favorecer la recuperación de un cierto confort a la hora de cerrar la operación.

Esta posibilidad, por la que también apuestan los propios gurús financieros del laportismo y los colectivos de opinión que recientemente se han agrupado bajo una nueva denominación, Ágora Blaugrana, no es desde luego lo que espera Limak, que ya se ha desplegado en Barcelona con 40 empleados y está afinando el proyecto constructivo con urgencia.

Limak tiene la palabra y el compromiso de Laporta de que en la fecha límite de este viernes 31 de marzo se iba a cerrar la financiación de un crédito de 1.500 millones de euros, 850 millones de los cuales servirán para pagar sus servicios y el conjunto de la obra de reforma del estadio, todavía sin la licencia municipal pertinente, entre otros motivos porque el Barça no ha sido capaz de entregar en el Ayuntamiento de Barcelona la carpeta técnica de la reforma arquitectónica sobre el proyecto. Finalmente, todo apunta a que será Limak la que acabará de afinar y pulir esa nueva propuesta, habrá que ver si a tiempo de que los trámites urbanísticos den luz verde para el inicio de obras en cuanto acabe la competición.

Abrir ahora un paréntesis de dos meses, ni que sea con el pretexto de esperar a que amaine la tormenta financiera, puede permitir a Goldman Sachs conocer la evolución del caso Negreira, sobre todo por las consecuencias directas que podría suponer para la entidad azulgrana el castigo de una expulsión temporal de las competiciones europeas. En dos meses es posible que las expectativas en torno a esta posibilidad se puedan concretar y evaluar entonces el riesgo potencial de un castigo que la UEFA podría imponer de cara a la próxima temporada, o la siguiente, en el que caso de que el expediente abierto acabe en el peor de los escenarios.

Sin embargo, Goldman podría haber planteado esta suspensión provisional de la concesión del préstamo para el Espai Barça sin necesidad de amenazar al Barça con un aumento del interés al 10%, como ha destacado Vozpópuli, en una maniobra que también podría interpretarse como una forma indirecta por su parte de romper la baraja con Laporta.

Ciertamente, desde la llegada de Laporta a la presidencia del Barça, Goldman se ha ido encontrando sucesivos obstáculos a la hora de convencer a sus inversores para que apuesten por el futuro del Espai Barça. El ex-CEO Ferran Reverter rompió, de hecho, las conversaciones en su estadio más prometedor cuando, en plenas negociaciones con Goldman en Miami, el presidente azulgrana se cargó la planificación presupuestaria de cara al ejercicio actual, que pasaba por mejorar los estados financieros del club en lugar de ahorcarlos a base de exprimir desesperadamente las palancas y lanzarse a gastar 200 millones en fichajes. Reverter dejó dicho a Goldman que permaneciera alerta con Laporta y sus peligrosas y temerarias decisiones, una advertencia que ahora ha cobrado vida a la vista de actuaciones cuando menos sorprendentes, como la de licitar a favor de Limak una obra como el Espai Barça.

Otros factores pueden estar pesando en estas últimas horas, como el parecer de los grupos de opinión (Àgora Blaugrana), directamente convencidos de paralizar al menos dos años la operación a la espera de un horizonte financiero que permita afrontar la inversión en mejores condiciones, y sin olvidar que también cobra forma la posibilidad de impugnación social de la operación por la exclusión del Palau Blaugrana, un equipamiento clave que formaba parte del proyecto aprobado hace dos años en asamblea y en referéndum dentro de ese gasto límite de 1.500 millones. La junta de Laporta tiene hasta mañana para elegir un camino u otro.

(Visited 265 times, 1 visits today)
Facebook
Twitter
WhatsApp

NOTÍCIES RELACIONADES

avui destaquem

Deja un comentario