Catalunya no está preparada para períodos de sequía más seguidos

Unió de Pagesos y Aigua és Vida piden repensar el modelo actual de la gestión del agua y hacer más inversión para guardarla

Sequera a Catalunya

Los embalses de las cuencas internas de Cataluña están solo al 27%; la nieve ha fallado; el subsuelo está seco por la carencia de lluvias; las desalinizadoras del Prat y de la Tordera funcionan al máximo técnico para abastecer de agua la población del Área Metropolitana de Barcelona y se trabaja para potenciar el uso de agua regenerada. Ante este escenario, cerca de seis millones de catalanes viven en municipios donde se ha activado la fase de excepcionalidad por sequía, que implica restricciones y limitaciones. El año 2008 Cataluña ya vivió un grave y prolongado episodio de sequía, y ahora se repite la situación, sin que se haya repensado la sostenibilidad del modelo actual de gestión del agua.

En declaraciones al EL TRIANGLE, Carles Vicente, responsable de Organizació de Unió de Pagesod (UP), lamenta que “falta visión e inversión, porque el agua es estratégica. Hay que estar más preparados para periodos más consecutivos de sequía y tener más capacidad para recoger agua”. Según Vicente, “no estamos en fase preocupante, pero tenemos que estar preparados para tener más depósitos de agua y replantearnos cómo se hace el almacenamiento. Lloverá mal y la nieve no estará como factor regulador. Se tiene que suplir con depósitos de almacenamiento de agua y construir desalinizadoras allá donde haya concentración de gente. Es cierto que son caras, pero son una garantía para dar suministro a las personas”.

Para el secretario de organización de UP, uno de los retos pendientes es abordar las condiciones de las concesiones a las compañías eléctricas, porque utilizan los embalses para hacer energía y no tienen la visión que tienen que garantizar las reservas de agua en determinados periodos. Según Vicente, “tenemos que pensar que quizás hay que rescatar alguna concesión para garantizar estos depósitos. El año pasado en el Guadalquivir se vaciaron los embalses para hacer electricidad, pero no se pudo regar. A las cuencas del Pallars, los embalses tampoco están pensados para regar sino para hacer energía y son tiempos diferentes donde hay que repensar este modelo”.

El campo sufre

Sin suficiente agua de riego, Unió de Pagesos expone que la agricultura “no tiene margen”, porque se pueden cambiar determinados cultivos para no perder la campaña, pero si hay árboles frutales no se puede poner en riesgo su potencial productivo por carencia de agua. “La gente, con las desalinizadoras, puede superar el verano, pero la agricultura no puede perder el potencial productivo de los árboles, porque serían pérdidas multiplicadoras”.

El campo afronta la campaña actual con el impacto negativo de la sequía del año pasado. Tanto la sequía como el frío, junto con el alza de los costes de producción y el fuerte encarecimiento de la energía, generaron pérdidas en el sector. Según Carles Vicente, “esta campaña se ha sembrado a deuda, buscando póliza de crédito. Ya se prevé que será una campaña mala, con la acumulada del año pasado”. Y desgraciadamente, el sistema de seguros no cubre las pérdidas del regadío por sequía y hay que buscar ayudas de las administraciones para “poder sobrevivir y tener margen para preparar la nueva campaña”.

Más inversión y I+D+i

Como opciones de futuro, Unió de Pagesos pide más inversión en desaladoras, el impulso de aguas depuradas y más análisis de nuevas opciones tecnológicas para disponer de más agua almacenada y fomentar un uso más eficiente.

Desde Aigua és Vida, Dante Maschio hace hincapié en “la contención de la demanda”, porque es un consumo que no para de crecer. En declaraciones a EL TRIANGLE, Maschio destaca que las infraestructuras, como las desalinizadoras y el agua regenerada, ayudan, pero “nos hacemos una trampa al solitario porque no se aborda el problema de un consumo de agua que no para de crecer, en un contexto de cambio climático”.

Gestionar la demanda

Aigua és Vida propone analizar cuánta agua disponible existe; planificar el uso, y revisar las políticas urbanísticas que apuestan por un crecimiento constante. “Las sequías serán más frecuentes, tendremos un 22% menos de agua el 2051, y esto irá en aumento”. Por lo tanto, hay que hablar de la gestión del agua, dejar de ofertar-la sin planificar y replantear determinados modelos industriales intensivos. Entre las medidas estratégicas que proponen, hay garantizar un caudal ecológico para los ríos, puesto que esto no es una realidad en Cataluña. “No hay una agua mínima y suficiente para nuestros ríos y abocamos para hacer crecer el caudal final del río Llobregat, porque alimenta un delta que es muy importante”.

En clave urbana, las medidas pasarían por “tarifas de agua más redistributivas; incentivar el ahorro; replantearse porque el agua industrial es más barata que el agua doméstica y hacer un análisis en función del tipo de industria; o bien impulsar el mantenimiento del agua de lluvia como recurso. Según Maschio, habría que retener al máximo el agua pluvial, que se podría reaprovechar para el riego o la limpieza viaria. Aprovechar las aguas grises (la de la ducha o la pica con carga orgánica baja) para usos no potables también es un camino a impulsar, como ha hecho Sant Cugat con una ordenanza específica.

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