Es evidente que estamos en precampaña electoral frente a las elecciones municipales del 28 de mayo. Pero «el juego de tronos» que hay de por medio, con unas elecciones autonómicas en el horizonte y unas generales a finales de año, hacen que el ruido que habrá en los próximos meses, será muy elevado. Mucho.
Pero como son unas elecciones locales, habrá la tentación de creer que la gente se interesará por lo local: unas obras, una variante, un aparcamiento, las cacas de los perros, seguridad, limpieza, videocámaras, placas solares,… y estará «entretenida» con estos asuntos caseros y «pasará» de lo económico y fiscal.
No nos equivoquemos, cuanto más políticamente correctos sean los programas electorales de los partidos, y cuanto más se parezcan, más posibilidades de que crezca la abstención, por poca que sea y que crezca, algo más, la extrema derecha. Lo que sí crecerán serán las listas y agrupaciones municipalistas, al margen de los partidos históricos/tradicionales, así como las plataformas del NO, abonando el cantonalismo, aunque no se presenten.
Este cantonalismo creciente, tolerado y fomentado por los partidos independentistas por los réditos que les da el discurso populista potenciando el voto rural/comarcal frente al urbano/metropolitano, de menor valor, es perverso. Tenemos un malestar, que en vez de ser vehiculado de forma crítica, racional y política, es distorsionado de forma apolítica, antipolítica, sentimental, emocional, como si los responsables de las sequías, el precio de la luz, el descenso de las cosechas, la disminución de la pesca, la falta de suministros, la crisis económica, fuese culpa de las izquierdas, de «Barcelona», de las empresas de energías renovables (¡Ay! «Alcarràs»…), etc.
La crisis climática y energética afecta cada vez a más empresas y capas de población por culpa de un neoliberalismo escondido tras la bandera (la pobreza energética ya no es cosa de colectivos en riesgo: la “inflación” energética afecta ya al grueso de la clase media, al 35% de PYMES y al 60% de empresas de restauración y turismo, ¡¡¡poca broma!!). Del mismo modo, los impactos del cambio climático (sequías, inundaciones, granizos, plagas de diferentes tipos, etc.) están provocando el aumento constante de los precios del consumo doméstico y de la alimentación.
En estas elecciones municipales a lo que deben comprometerse los partidos es a:
- Blindar el comercio de proximidad de una vez (y la soberanía alimentaria): menos hablar de Km.0 y más neutralizar el cierre en cascada de comercios.
- Poner límites al comercio electrónico subiendo impuestos a todas las grandes tecnológicas y limitar su actividad o cancelar autorizaciones en curso.
- Crear ecotasas para todas las grandes superficies, almacenes y distribuidores logísticos y prohibir la distribución por carretera de mercancías de capricho.
- Priorizar el transporte público local e intercomarcal ya, con la exigencia de inversiones inmediatas por parte de las Diputaciones y la Generalitat: urgen más servicios, líneas, frecuencias, trayectos y horarios ya, de forma inmediata, sobre todo en aquellas comarcas donde casi es imposible utilizar el transporte público.
- Actuación inmediata, interviniendo el precio de los alquileres, fomento de mayor alquiler social y limitación de compra de nueva vivienda por extranjeros.
- Fomento de la economía social, comunitaria y cooperativa, y de empresas sociales, con bonificaciones fiscales. Ídem de comunidades energéticas locales.
- Fomento de cláusulas sociales y ambientales en la contratación pública de obras, productos y servicios de los ayuntamientos, haciendo reserva presupuestaria para facilitar contratación social, solidaria y ambiental y creación de empleo.
- Compromiso de tener un Plan de Emergencia actualizado (y mejor dotación de protección civil) de ejecución inmediata, dado que el 50% de ayuntamientos no lo tienen o lo tienen caducado (que en el caso del Maresme, ¡¡es el 75 %!!).
- Construcción de depósitos preventivos soterrados (para hacer frente a inundaciones) que sirvan también como reservorios de agua en períodos de sequía -es de esperar que en más de 100 localidades con restricciones, los partidos llevarán esto a su programa electoral.
10. Por último… no plantearé ningún compromiso serio de implementación de energías renovables, ya que el grueso de partidos propondrá, para ser políticamente correctos, poner placas solares por todas partes -quien pueda- (cuando es el chocolate del loro) y obviará, por no decir que mirará hacia otro lado con la energía eólica, no sea que se tope con un àliga quadribarrada (el nuevo espantapájaros de Catalunya).
