El Congreso de los Diputados ha aprobado la reforma del Código Penal que deroga el delito de sedición, modifica el de malversación, reformula el de desórdenes públicos agravados y crea uno de enriquecimiento ilícito para cargos públicos.
La iniciativa ha obtenido 184 votos a favor, 64 en contra y una abstención, ya que el grupo popular se ha ausentado del pleno en el momento de la votación. El texto aprobado incorpora también las dos enmiendas que modifican la elección de los miembros del Tribunal Constitucional que el PP ha llevado ante el propio TC.
Los populares habían pedido la suspensión cautelarísima de la inclusión de esta parte, pero el aplazamiento al lunes del pleno que debe decidir sobre el recurso de los populares ha evitado el choque. Todo ello ha hecho que el ambiente de la sesión fuera de crispación y el debate, muy bronco.
Durante el pleno, Inés Arrimadas ha instado a Meritxell Batet a detener el pleno, «lo mismo que le dije a Carme Forcadell en 2017: no permita esto». El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ha dicho que se toma «muy en serio las palabras de Arrimadas» porque «la última vez que habló así a una presidenta de un parlamento fue a Forcadell y acabó en prisión». Por la CUP, Mireia Vehí, consideró que Arrimadas amenazaba a la mesa del Congreso.
Desde Junts, Josep Pagès ha instado a los socialistas a no hablarles de «golpe de estado»: «Ustedes, que dieron el golpe de estado del 155, y esta banda que se hace decir Tribunal Constitucional se lo convalidó».
Desde las filas del PSOE, el diputado Felipe Sicilia ha comparado la situación de este jueves con el 23F, en una ocasión intentando detener el pleno «con tricornios» y ahora , dice, «con togas».
