¡Cataluña es un casino!

Hay un extraño y oscuro objeto del deseo entre la política catalana y el juego, concretamente los casinos. Esto lo volvemos a constatar en la negociación de los Presupuestos de la Generalitat para el año 2023. El PSC y JxCat han puesto, como condición “sine qua nonpara avalar las cuentas del presidente Pere Aragonès, que el Gobierno dé un impulso definitivo a la construcción del macrocomplejo de ocio que promueve la multinacional Hard Rock en la Costa Dorada, que incluye un gran casino de juego.

¡Vivir para ver! ¡El PSC y JxCat de la mano, reclamando la instalación de un casino a cambio de aprobar las cuentas públicas para el año próximo! “¡Rien ne va plus!”

Recordemos que la política catalana se vio sacudida, en 1989, por el estallido del caso Casinos. El ex-director financiero de la empresa Casinos de Cataluña, Jaume Sentís, denunció ante la justicia que había pagado sobornos por 3.000 millones de pesetas a Convergència y a varios medios de comunicación afines al pujolismo (La Vanguardia, Avui, El Correo Catalán, Cadena 13…).

En cualquier país normal, esta denuncia, profusamente documentada, habría provocado un cataclismo político y Jordi Pujol, que era el presidente de la Generalitat, tendría que haber dimitido de manera fulminante. Pero el pacto que entonces mantenían PSOE y CiU amortiguó y “mató” este escándalo sin precedentes. De aquellos polvos…

¿Por qué Casinos de Cataluña sobornó con 3.000 millones de pesetas a CDC y a los medios de comunicación de su órbita? Este era el pago a cambio de la adjudicación corrupta, en 1986, de las loterías de la Generalitat a una empresa participada por Casinos de Cataluña (fundada por el yerno del primer alcalde franquista de Barcelona, Miguel Mateu) y por personas de la estricta confianza del entonces rey Juan Carlos I. Carles Vilarrubí (familia Pujol), Miquel Roca Junyent (CDC) y Manuel Prado y Colón de Carvajal (La Zarzuela) fueron los principales protagonistas de este impresentable pucherazo que marcó la historia posterior de Cataluña y de España.

Pero la trama de Casinos de Cataluña, de las loterías de la Generalitat y del pacto Jordi Pujol-Juan Carlos I, roto en 2012 con la imputación por corrupción del “heredero” Oriol Pujol, no acaba aquí.

Cataluña , como los burros, siempre da vueltas a la misma noria. En este caso, la noria es el enorme centro recreativo y turístico (CRT) que Jordi Pujol planificó aquel mismo año 1986, justo después de que la multinacional Disney escogiera, finalmente, la ciudad de París para instalar su parque de atracciones en Europa, descartando la opción de la Costa Dorada.

El primer promotor de este CRT fue el grupo cervecero norteamericano Anheuser Busch, que huyó pies en polvorosa por el lío de la segregación administrativa de los municipios de Vila-seca y Salou, a pesar de que la Generalitat había expropiado los terrenos a los agricultores (!) para hacerlo más fácil.

Cuando el proyecto estaba abocado al fracaso, apareció Javier de la Rosa, elogiado como “empresario modelo” por Jordi Pujol. En aquella época, Carles Vilarrubí, Manuel Prado y Colón de Carvajal y Miquel Roca Junyent mantenían estrechísimos vínculos y negocios con este financiero-delincuente.

Javier de la Rosa acabó en la prisión Modelo, pero antes, en 1995, culminó e inauguró con Jordi Pujol las obras del parque de atracciones de Port Aventura. Los terrenos del CRT tienen 825 hectáreas, de las cuales Port Aventura solo ocupa 119.

El año 2012, aterriza en España el magnate norteamericano Sheldon Adelson, con el proyecto de construir una réplica de Las Vegas en Europa. Como pasó con Disneyland, la oferta de la Generalitat fue rechazada y Sheldon Adelson, “seducido” por el PP de Esperanza Aguirre, optó por construir este macrocomplejo de casinos y hoteles en Alcorcón (Madrid).

Como respuesta, el entonces presidente Artur Mas forjó una alianza con el empresario Enrique Bañuelos y “la Caixa” -que, después de la estrepitosa quiebra de Javier de la Rosa, se había quedado sus terrenos en el CRT- para sacar adelante un proyecto parecido al Eurovegas, en Vila-seca y Salou.

Al final, Sheldon Adelson renunció a su proyecto en España y Enrique Bañuelos (conocido como Antoñita la Fantástica) no fue capaz de encontrar financiación para su “delirio” que, además, había bautizado con el nombre de Barcelona World… ¡cuando está a tocar de Tarragona!

Elsa Artadi, a las órdenes del consejero Andreu Mas-Colell, se encargó de deshacer todo este enorme embrollo y en 2018 adjudicó la licencia para operar el nuevo casino previsto en el CRT a la multinacional del entretenimiento Hard Rock, propiedad de la tribu india de los semínolas de Florida.

En paralelo, el ex-consejero Damià Cavet impulsó el Plan Director Urbanístico (PDU), donde se tenía que instalar este enorme complejo de ocio, con una superficie construida de 745.000 metros cuadrados (casino, hoteles, centro comercial, teatros…).

Tanto el primer proyecto de Enrique Bañuelos como el de Hard Rock han obtenido una contundente oposición en la zona del Camp de Tarragona y del Baix Camp, liderada por los grupos ecologistas y la CUP. Consideran que este modelo de atracción del turismo de masas está totalmente desfasado y que, además, es un disparate medioambiental insostenible construir este macrocomplejo a tocar de las industrias químicas y en unos terrenos que, en parte, están protegidos por la Red Natura 2000.

El PDU de Damià Calvet fue anulado, a finales del 2020, por el TSJC: la proximidad de los hoteles al polígono químico de Tarragona hacía inaceptable el proyecto. El PDU fue reformulado, pasando de 101,4 hectáreas a 61, pero manteniendo, en cambio, el techo edificable. Esto hace que, para compensar, se prevean enormes torres de hasta 90 metros de altura: un despropósito.

Aprobado inicialmente el pasado mes de marzo, la modificación del PDU sufrió un golpe mortal a finales de octubre: el contundente informe en contra elaborado por el departamento de Acción Climática de la Generalitat, dirigido por Teresa Jordà (ERC), que ponía en evidencia las graves incongruencias y carencias que tiene este proyecto, en clave de sostenibilidad, respeto al medio ambiente y movilidad.

Para los firmantes del manifiesto No Jugamos. Paremos Hard Rock -que ha sido subscrito por destacados dirigentes de la CUP (Carles Riera, Anna Gabriel, Eulàlia Reguant, David Fernàndez…), En Comú Podem (Jèssica Albiach) y ERC (Ruben Wagensberg, Jenn Díaz, Ferran Civit, pareja de la consejera Meritxell Serret…), además de “patums” como Els Pets, Albano Dante Fachín…- esto tendría que significar el archivo definitivo del proyecto.

Pero ahora, Hard Rock ha vuelto a resucitar, de la mano del PSC y de JxCat, en la negociación de los Presupuestos del 2023. ERC, aunque con la boca pequeña, es contraria a la implantación de este “bodrio” y tendrá que hacer muchos equilibrios para salir de esta trampa. Por su parte, las cámaras de comercio de Tarragona y Reus y las “fuerzas vivas” empresariales de la zona exigen que se ejecute, sin más demoras, esta inversión, evaluada en unos 1.000 millones de euros.

Para acabar de liarla, los terrenos del CRT, donde tiene que ir el proyecto Hard Rock, son propiedad de “la Caixa”, que obtuvo el compromiso de compra por parte del Incasòl, empresa pública de la Generalitat, que, a su vez, los revenderá a la empresa promotora del macrocomplejo de juego y ocio. Desde hace unas semanas, la nueva directora general del Incasòl es Maria Sisternas, ex-alto cargo de Mediapro y estrechamente vinculada a Jaume Roures.

El “cóctel” es explosivo: Presupuestos, indios semínolas, “la Caixa”, Salvador Illa, Jaume Roures, Teresa Jordà, Mireia Boya (ahora, fichada por ERC), Anna Gabriel, Pere Aragonès, Els Pets, Pau Ricomà, Meritxell Serret, Jordi Turull, Jèssica Albiach, Albano Dante Fachín…, todos alrededor de esta abracadabrante “ruleta catalana”.

¿Cómo acabará el culebrón del Hard Rock? ¡Hagan juego! ¡Cataluña es un casino!

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1 comentario en «¡Cataluña es un casino!»

  1. Vivimos gobernados por una cleptocracia. En Cataluña ya es endémica y de todos los colores. En Madrid tira más hacia el nepotismo a la hora de colocar a amiguitos (Pedro Sánchez) o maridos (Nadia Calviño). En Europa es más de ir con sacas de dinero y hacer la vista gorda con Qatar o quién sea (me pregunto por qué Putin no ha usado el mismo método, ahora Kaili estaría echando pestes de los ucranianos que no se dejan vencer).

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