Escocia no puede convocar un referéndum de independencia sin acuerdo con el gobierno británico. Esto es lo que ha sentenciado el Tribunal Supremo del Reino Unido este miércoles. La decisión se ha tomado por unanimidad.
El tribunal ha argumentado que la convocatoria de un referendo forma parte de los «asuntos reservados» y que Escocia «no tiene el poder de legislar» sobre estas cuestiones, reservadas al Parlamento británico.
El gobierno escocés propone convertir las próximas elecciones en Reino Unido en un referéndum de facto sobre la independencia del país. La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, ha anunciado su plan B, después de que la justicia británica haya tumbado la posibilidad de un referendo sin el visto bueno de Londres.
«El Partido Nacional Escocés no abandona la vía del referéndum: es Westminster que la bloquea. Debemos encontrar y encontraremos otra vía legal, democrática y constitucional para que los escoceses expresen su voluntad. Para mí, esto pasa por unas elecciones. Las próximas son elecciones generales en Reino Unido, que serán la primera oportunidad y la más clara para celebrar un referéndum de facto», ha declarado.
La decisión del tribunal llega poco más de un mes después de las dos vistas en las que las partes explicaron su posicionamiento. El gobierno escocés defendió que era «de interés público» esclarecer la cuestión.
