Con el pretexto de la guerra, negocio con la energía

Con el pretexto, negocio, pero no el que podríamos asociar de entrada (con mayor gasto militar y venta de armamento, evidentemente, que también), sino a nivel energético. Y quede claro que no menospreciamos el negocio con el armamento, sin ir más lejos, EE.UU. lleva facturados ya, “gracias” a la guerra, 24.000 millones de dólares… Pero volvamos a la cuestión que nos ocupa.

Resulta que se ha dicho y repetido y repite constantemente, que la UE depende demasiado del gas procedente de Rusia, pero ahora resulta que nos estamos echando en manos del gas licuado de EE.UU., que es más caro (entre un 40-60%!!), pues es más complejo de proveer ya que debe transportarse en barcos y, atención, con más impacto ambiental, pues este gas se consigue con la técnica fracking (una técnica, por cierto, prohibida en la UE, por el impacto ambiental que provoca) y finalmente, una vez aquí requiere de regasificación, con todo lo que comporta de mayor impacto ambiental (en las aguas costeras)

Si seguimos por este camino, el puerto de Barcelona puede convertirse pronto en un hub gasístico de Italia, y también, a nivel europeo, si se reaviva el gasoducto MIDCAT (parado hoy en Hostalric y no operativo) tendremos otro sarao por la continuidad de éste, de Hostalric a Figueres y después a Francia.

Todo un sinsentido, energética y económicamente hablando por la UE y ambientalmente para todos. Es evidente, y debería quedar claro, que estos “cambios” se hacen por razones geoestratégicas y políticas, que de rebote benefician económicamente a EE.UU. No por razones ambientales, ni de ahorro, ni de eficiencia o de mayor soberanía energética.

En el caso del Estado español la contradicción es aún más grave, pues es público y notorio que España apenas depende del gas ruso (10% y bajando). Pues bien, si el año pasado el volumen del gas procedente de EE.UU. era de un 6%, en sólo un año, ¡ya dependemos del 30%!!. Más aún, al parecer también debemos depender menos del petróleo de Nigeria y México (una dependencia mínima, entre los dos países un 20% aprox.), pero en paralelo, en los últimos dos meses, ha aumentado un 207%! la importación de crudo de EE.UU. (vuelvo a repetirlo, no es un error, un 207%!!). Claro que se parte de una cifra baja, pero…eso es un giro tan brusco como el hecho con el Sáhara (¿qué pasa por la cabeza de Pedro Sánchez? ¿O del Ministro de Asuntos Exteriores?, tienen la cabeza en EE.UU. y no en España?

Es realmente asombroso y lamentable. Mientras, el Gobierno español se llena la boca sobre la transición energética. Y así debería ser, según mandato de la UE para 2030 y 2050, pues debemos hacer los deberes ya, una transición energética con mucho más peso de las renovables (sobre todo en Cataluña), y no aumentar el consumo de fósiles (y menos con gas licuado, más caro).Pues bien, no llevamos ni un mes y medio de guerra, y ya estamos gastando una millonada en gas licuado y acabamos de entrar en el cambio de “socios”. Por otra parte, todo apunta a que el reciente giro del Gobierno/Estado español, en relación al Sáhara, tiene que ver como vuelve con la inmigración, con intereses geoestratégicos y energéticos de Marruecos/EE.UU., para que España empiece a tomar distancia de Argelia (un socio tradicional y fiable). En cualquier caso Argelia ya está preparando una respuesta a la altura del envite y al parecer apostará pronto por Italia, dado que considera que España le ha traicionado y no sólo por el Sáhara. De hecho, no acabamos de una polémica, que ya aparece otra: ya estamos comprando más petróleo en EE.UU., que está muy lejos, que en Argelia que la tenemos cerca (y con quien nunca hemos tenido ningún problema). Como diría ese “vamos a más”.Paradójico, pues los dos cambios nos saldrán carísimos y no se podrá abaratar el precio global de la energía (si se reduce por un lado, con la propuesta de excepción como “isla energética” con Portugal, pero a la vez se encarece con el gas licuado y el crudo de EE.UU., nos quedamos donde ya estábamos antes de la guerra y a peor, pues el gas licuado será cada vez más caro)Volvemos a la soberanía energética. Y a la reciente visita del Presidente de EE.UU. a Bruselas. ¿Ha venido Joe Biden a Europa en visita solidaria preocupado por los refugiados ucranianos o a realizar el contrato del siglo en materia energética? (y en materia de armamento, claro)Porque, como se come que venga a “ofrecer” su gas licuado y su anfitriona Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea (por cierto, esposa del director de Orgenesis, una multinacional farmacéutica de EE.UU., que ha participado en la producción de las vacunas de la Pfizer) ya le tenga preparado un contrato para vender a la UE, ese mismo año, 15.000 millones de m3 de gas licuado y 50.000 millones por año, en los próximos años. Aparte de lo que representa el gasto, que debe ser más que multimillonario, donde se ha decidido depender del gas de EE.UU., en lugar de ir hacia una transición energética verde y una soberanía energética europea (ya que se habla tanto de no depender?!).¿Se ha decidido en el Parlamento europeo? ¡No!. ¿Lo han decidido los respectivos parlamentos de los países miembros de la UE? ¡No! ¿Dónde se ha decidido? Que puede que no haya intereses y conflicto de intereses entre Dª. Von der Leyen, ¿cómo los hubo con los contratos de las vacunas Pfizer, mucho más caras que las de Astrazeneca, teniendo presente que Joe Biden tiene intereses con petroleras -aparte de su hijo Hunter en Ucrania-? Pero dejamos el alto vuelo político y las sospechas de tráfico de influencias por parte de la Comisión Europea (o deberíamos decir, la “comisión” -europea- del 3%…)En las primeras semanas de la guerra y antes de ésta con la crisis energética, empezó a decirse y repetirse, que era una oportunidad esta crisis y la guerra, para acelerar la transición energética y dar un buen impulso a las energías renovables. Incluso un think-tank “ambientalista” vinculado al gobierno español (Ministerio de Sanidad, curiosamente), nombrado HOPE, editó un video “El talón de aquiles de Putin” que podría haber hecho Greenpeace y que se ha viralizado mucho, sobre la oportunidad que significaba la guerra, para acelerar conlas energías renovables. ¿Dónde ha quedado la política energética que se proponía en este video, de muy buena factura por cierto y muy didáctico?Ciertamente parece que hay divisiones en el Gobierno , pero también dentro del PSOE pues quien empuja hacia la transición energética es la Ministra de Transición ecológica Teresa Ribera y quien empuja hacia los dictados geoestratégicos (atlantistas) es el Presidente Sánchez y el Ministro Albares.

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