El entorno del expresidente catalán y eurodiputado Carles Puigdemont no sólo ha evidenciado últimamente su preocupación por los vínculos que se le atribuye -también desde ERC- con altos funcionarios y oficiales de inteligencias rusos, sino también por los últimos porcentajes a favor y en contra de la independencia de Cataluña publicados por el Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat (CEO).
The Times, uno de los diarios más influyentes del mundo, se ha hecho eco del resultado de la última encuesta del CEO, que reflejaba inicialmente que un 53,3% de los catalanes rechaza la independencia y un 38,8% la defiende (unos porcentajes posteriormente rectificados: 52,3% en contra y 40,8% a favor).
«Después de una larga lucha que condujo a una declaración ilegal de independencia, el independentismo catalán parece haber perdido el apoyo de la gente. Una encuesta de opinión realizada por el gobierno de la región encontró que la mayoría de los catalanes se oponen a la independencia, lo que confirma una tendencia que sugiere que los separatistas han perdido impulso», ha publicado The Times.
El jefe de la oficina de Puigdemont, Josep Lluís Alay, ha comentado sobre esta información del rotativo británico que «las cifras erróneas del CEO se han trasladado como ciertas a los medios extranjeros. Pagamos caro el despiste«.
Según el empresario ruso que hizo de enlace a Alay en Rusia, Alexander Dmitrenko, el eco periodístico era el objetivo del entorno de Puigdemont en Rusia. En palabras de Dmitrenko, «expandir el mensaje de qué es Cataluña» y poder «explicarse». Fuera sólo eso o no, queda claro que, al menos, el relato en el exterior sigue preocupando a Alay.
Sobre el relato ruso, el responsable de la oficina de Puigdemont también ha cargado contra el rechazo de ERC a aceptar una comparecencia de Gabriel Rufián en el Parlamento de Cataluña por haber vinculado al entorno de Puigdemont con el régimen de Vladimir Putin: «Los cuchillos en el espalda». El abogado Gonzalo Boye, por su parte, ha tratado a Rufián de «negro bueno de la plantación» que hace de «ariete para construir grandes fake news«.
