Políticos “en proceso de logro”

El consejero de Enseñanza, Josep González-Cambray, ha dado marcha atrás en su voluntad de cambiar el término «suspenso» por «en proceso de logro» para valorar el trabajo de los alumnos que no han alcanzado un nivel mínimo suficiente para aprobar una asignatura.

La primera vez que escuché lo de “en proceso de logro” me recordó la expresión que utilizó el expresidente del gobierno español José María Aznar, con acento yanqui, en una rueda de prensa: “Estamos trabajando en ello”. Aquella expresión hizo fortuna y se hizo lo que hoy llamamos viral. «En proceso de logro» no tendrá esa fortuna. Al menos, por el momento. Ha caído en desgracia por la presión de los profesores en huelga que la rechazan, entre otros motivos de queja por la gestión del conseller.

Los profesores en huelga consideran que González-Cambray está «en proceso de logro» de la mínima calidad en la dirección del Departamento de Educación. Lo han suspendido, ¡vamos!

Quizás podríamos aplicar esta fórmula al resto de políticos y administradores públicos. Ponerles nota. Considerar si están «en proceso de logro» o, directamente, merecen un «no logrado», que es la nueva fórmula que ha aceptado el consejero para informar de que un alumno ha suspendido una asignatura.

Habría que ver si esta nota popular, puesta después de una consulta realizada entre el público afectado por la gestión del político correspondiente, comportaría su destitución o si se le daría otra oportunidad unos meses después, como la segunda convocatoria de septiembre que tienen los estudiantes habitualmente.

Pero no me negaréis que sería un gustazo estirarle las orejas al presidente del Gobierno español que se saca de la manga una cesión del Sáhara Occidental a Marruecos sin un debate público previo, abrirle la puerta de salida del Parlament a la presidenta que hacía ‘trapis’ cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes, ponerle un “en proceso de logro” a la presidenta de la Diputación de Barcelona que da por bueno que se le den 6.000 euros cada mes a la esposa de un ex -presidente de la Generalitat por hacer un programa de televisión semanal que ve muy poca gente, al director de TV3 que ha incurrido durante años en incompatibilidades en la gestión de su cargo, a los rectores de universidad que se hacen los despistados cuando en sus campus se agrede a estudiantes porque son ‘españolistas’, a los periodistas de los medios públicos que se convierten en propagandistas del gobierno del que dependen, a los políticos que buscan apoyo a su causa en países gobernados por sátrapas que matan a opositores o bombardean países vecinos…

No sé cómo le llamaría González-Cambray a estos comportamientos. Yo les pondría un cero directamente.

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