La pandemia ha impactado de lleno en las condiciones socioeconómicas de la comunidad gitana. Como ha avanzado Catalunya Ràdio, la Fundación del Secretariado Gitano se ha visto obligada a incrementar sus esfuerzos para poder atender a las familias que se han quedado sin trabajo o que no disponían de las herramientas necesarias para que sus hijos pudieran seguir las clases en línea. «Ha habido muchas familias que han perdido el trabajo y se han quedado en una situación de precariedad absoluta. Muchos han pedido apoyo para comer y otros para que los niños pudieran continuar las clases, porque no tenían equipos informáticos ni siquiera una conexión de internet en condiciones», ha explicado al citado medio una orientadora laboral de la entidad sin ánimo de lucro.
La fundación, que lucha por la igualdad de oportunidades de la comunidad gitana, trabaja principalmente en el ámbito de la formación y la inserción laboral, pero con el covid-19 estos aspectos se han desplazado a un segundo plano, priorizando el atención de otras urgencias. «Han necesitado acompañamiento, información, ayuda para hacer la petición de un ingreso mínimo vital… La gente no sabía cómo hacerlo», ha recordado la directora del Secretariado Gitano, Carme Méndez, quien ha afirmado que la entidad ha tenido que dar «un giro hacia la atención básica».
La discriminación y los estereotipos frente a los gitanos se han acentuado durante la pandemia, sobre todo en las redes sociales, y la fundación denunció ante la Fiscalía cinco casos de propagación de rumores falsos y delitos de odio contra la comunidad gitana. Según un estudio de la entidad, en los discursos contra el colectivo que más circularon les acusaban de romper el confinamiento y de ser transmisores del virus, ideas que, para los miembros de la fundación, son fruto de los estigmas que existen hacia los gitanos.
