La expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, ha admitido este jueves que el referéndum del 1 de octubre de 2017, declarado inconstitucional, «salió mal» porque «acabamos en prisión o en el exilio», y ha defendido que si hay que volver a realizar un acto de desobediencia, «hay que hacerlo diferente, no como el 1-O». En una entrevista en el programa Cafè d’idees, Forcadell ha asegurado que el referéndum «nos ha servido para aprender», y, preguntada por si este acto «diferente» debería hacerse cumpliendo la legalidad vigente, ha remarcado que «si es un acto de desobediencia, no se cumple la legalidad».
«Todos desobedecimos al Tribunal Constitucional, el 1-O fue un acto de desobediencia colectiva», ha comentado la exlíder de la Cámara catalana. Respecto a si le propondría lo mismo al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, Forcadell ha respondido que no se lo ha dicho porque «él mismo tiene las cosas muy claras», aunque ha matizado que «si conviniera» lo haría. A su juicio, la intención del líder del ejecutivo catalán es «rehacer la unidad del independentismo» para sugerir un acto similar al del 1-O, aunque desconoce cuál sería.
La expresidenta del Parlament ha explicado que el 1-O «lo que se intentaba era, a partir de ese resultado, negociar con el Estado español y llegar a un acuerdo» sobre «cómo se hacía esta separación de forma negociada». Sin embargo, Forcadell ha reconocido que no confía en la mesa de diálogo aunque la considera «necesaria porque la bandera del diálogo siempre ha sido del lado de los independentistas». También ha señalado que es importante para que los ciudadanos que no son independentistas vean que «hacemos todos los esfuerzos y más para llegar a acuerdos» y que «el Estado español no tiene ninguna oferta por Cataluña».
