Un empleado de Yuste refuerza los ‘negocios’ del área comercial

El fichaje sorprende porque desconoce el mundo del fútbol pero facilitará los favores que se suelen hacer a través del Barça Legends y de las Barça Adademy

Rafael Yuste

Pocas cosas pueden sorprender a estas alturas de la gestión de un club como el FC Barcelona que, bajo la presidencia de Joan Laporta, empequeñece, pierde fuelle en todos los mercados, pierde prestigio y sobre todo no es capaz de competir como lo que había sido, el club más importante del mundo.

Aunque Joan Laporta haga sonar las fanfarrias artificialmente y sea capaz de popularizar esa frase-gancho: “¡Hemos vuelto!”, gracias a su enorme aparato mediático y de comunicación, la única verdad es que la institución ha entrado en un provincianismo y una regresión evidentes. 

¿A dónde ha vuelto el Barça? Objetivamente, ha caído de forma decepcionante en esta edición de la Champions y aunque nadie duda que con el tiempo, fichajes, ayuda y algo de suerte podrá estar entre los cuatro primeros al final de la Liga cualquier posibilidad de luchar por el campeonato está del todo descartada. 

El Barça de Xavi no está en esa guerra todavía y haría bien, además, en alejar su discurso del foco del título, aprender la lección de humildad tras cada agonía de partido y centrarse en mirar a la cara a sus rivales, sean cuales sean, pensando en amarrar una de las plazas de Champions para la temporada próxima.

Es un error de fanfarronería la obsesión del presidente Joan Laporta de gobernar de cara a la galería y los medios, sin bajar la pelota al suelo y afrontar con realismo esa situación deportiva frágil que se sigue tapando bajo el efecto Xavi a falta de que, como le hubiera ocurrido a cualquiera, también a Koeman, futbolistas como Pedri o Ansu Fati o el fichaje estrella de media temporada, Ferran Torres, puedan cambiarle la cara al equipo.

Igualmente, sin embargo, la estructura defensiva y de salida del balón siguen en las botas de futbolistas como Gerard Piqué, Jordi Alba, Sergio Busquets y ahora también Dani Alves, de 34, 32, 33 y 38 años respectivamente.

La institución también padece este síndrome del empequeñecimiento como consecuencia de la errática y confusa gestión de Joan Laporta, que cambió el destino del club en el momento que echó a Messi, dejándose llevar por los intereses económicos personales de los avalistas y por su propio pánico a dejar que Leo siguiera dominando el vestuario y continuara también siendo el gran protagonista, incluso por encima suyo.

Ese apocamiento y esa debilidad, por más frases que se invente y acuñe el presidente para seguir en el candelero, han conducido al club a un descenso de nivel en cuanto a imagen, prestigio e interés comercial. 

La crisis es aguda internamente por la falta de propuestas que puedan devolver al FC Barcelona el nivel de los patrocinadores como Qatar Airways o Rakuten para la camiseta. Casi a medidos de enero, el Barça no ha cerrado, peligrosamente, ningún acuerdo de patrocinio para la temporada 2022-23 lo que implica costos adicionales a la hora de estampar la próxima camiseta y penalizaciones con cargo a club. 

El problema, que vería venir un ciego pero no la junta de Laporta ni su diezmado equipo comercial y de marketing, deriva del impacto de perder a Leo Messi de cara a los mercados internacionales que, antes de la pandemia, estaban dispuestos a pagar cifras superiores a los 50 millones anuales por la camiseta. Rakuten, el último gran patrocinador, no ha pasado de los 30 millones esta temporada y puede que, a este paso, acabe siendo una opción para renovar por una cantidad similar o sólo ligeramente  superior.

Fuentes de club, que lleva varios meses sin ningún liderazgo al frente del área comercial, sostienen que el Barça tiene hasta dos propuestas encima de la mesa para el patrocinio de su camiseta, el de una empresa convencional y una empresa del universo de las criptomonedas. 

En ambos casos, el problema viene a ser el mismo, la falta de un interlocutor competente, serio y profesional desde el club porque la cúpula directiva y ejecutiva actual no sólo no viven en el mundo real, sino que además actúan movidos por determinados intereses, inconfesables en algunos casos, que complican las conversaciones hasta volverlas imposibles. Por otro lado, ese tipo de gestiones requiere tiempo, paciencia y toda una serie de formalidades por parte del patrocinador que también se acaba cansando de la dinámica, incongruente, en la que ha entrado el club.

También se ha reproducido la presencia del hermano del presidente, Xavier Laporta, en algunas de estas negociaciones, una irrupción incómoda para los habituales del departamento que siguen sin saber con exactitud cuál es el motivo y la verdadera intención de esta participación en reuniones en las que se arroga el papel de representante del presidente.

En esta línea indescriptible el último fichaje de Holger Bittner para convertirse en uno los pesos pesados del departamento comercial ha roto todos los moldes, pues se trata nada más y nada menos de un empleado, y medio socio, del vicepresidente deportivo Rafael Yuste (foto), que hasta ahora ha ocupado el cargo de director general de Aqipa Iberia SL, filial española de una multinacional austriaca del sector de la ferretería y el pequeño electrodoméstico de la que es responsable Yuste.

Un fichaje que ha provocado el lógico impacto en forma de sorpresa y asombro pues se trata de alguien con ninguna experiencia en el mundo del fútbol. Nuevamente se trata de colocar a alguien que sea capaz de tener controladas, guardadas y en silencio determinadas actuaciones de la junta directiva y de los altos ejecutivos, una prioridad por encima de los verdaderos intereses y necesidades del club. Una sospecha que se consolidará si, como parece, Holger Bittner se acaba poniendo al frente de la gestión del Barça Legends y las Barça Academy, dos de los frentes que mayormente se vienen utilizando para generar negocio y prebendas a los amigos, conocidos y compromisos de los directivos.

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