El magistrado que instruye la causa del proceso en el Tribunal Supremo Pablo Llarena ha presentado hoy un informe en el que rechaza que sea procedente la recusación planteada contra él por el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont así como por los ex consellers Antoni Comín, Lluis Puig y Clara Ponsatí, para recibir una distinción de la Fundación Villacisneros, a la que identifican con posiciones políticas contrarias a las de los recusantes.
Llarena niega que haya una persecución penal injustificada contra Puigdemont e insiste en su imparcialidad, recordando además que también recibió un premio de manos de Xavier Trias cuando era alcalde de Barcelona y formaba parte de Convergència, el partido de Joaquim Forn, entonces teniente de alcalde, y del propio Puigdemont, que era alcalde de Girona.
En un escrito de ocho páginas, Llarena mantiene que los argumentos de la defensa son «sospechas que no resultan objetivamente razonables» y alerta de que, si se acepta una recusación planteada en estos términos, la situación sería de un «sistema de juez en la carta».
Por otra parte, recuerda que cuando la exoncellera Meritxell Serret -que también se encontraba en Bélgica- compareció voluntariamente ante el Supremo, y la dejó en libertad. En el caso del resto, Llarena dice que no han comparecido ante el juez y que esta circunstancia ha impedido que se pueda cerrar el sumario y que la sala pueda pronunciarse a favor del sobreseimiento de la causa o la apertura de juicio oral. «El instructor no puede decidir nada al respecto», recuerda el magistrado.
