El ex-presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha comparecido en rueda de prensa tras haber sido detenido el jueves en Cerdeña y puesto en libertad el viernes, y se ha mostrado satisfecho con el desenlace de los hechos. El líder de JxCat ha reconocido que ha pasado «unas horas difíciles», pero ha comentado que era una situación previsible teniendo en cuenta lo que «España está haciendo los últimos años para impedir nuestra libertad».
En una comparecencia conjunta con el Síndico de Alguer, Mario Conoci, el abogado Gonzalo Boye y el jefe de la oficina de Puigdemont, Josep Lluís Alay, el ex-presidente ha afirmado estar «contento del resultado final porque toda nuestra argumentación político-jurídica se ha demostrado que era firme». También ha señalado que «la justicia italiana ha tardado sólo unas pocas horas a tomar una decisión que España lleva cuatro años sin tomar», y ha recordado que Bélgica, Alemania, Reino Unido y Francia han tomado decisiones similares a Italia.
Respecto a la mesa de diálogo. Puigdemont ha aclarado que «una cosa es el diálogo, y otra son las negociaciones» y, en este sentido, ha señalado que él ve la primera opción «pero no la segunda». El líder de JxCat ha recordado que «hay una parte importante del independentismo que no està sentada en la mesa», y ha interpretado que «el Gobierno español sólo quiere hablar con aquellos que le dan apoyo parlamentario». «Quizá por eso tiene tanto interés en interferir en la justicia», ha añadido.
El ex-presidente catalán ha reafirmado su idea de seguir «con la lucha» para lograr la independencia de Cataluña y ha asegurado que «no nos rendiremos». Por otra parte, Puigdemont ha anunciado que el lunes volverá a Bruselas para reanudar la actividad parlamentaria y que el 4 de octubre se desplazará hasta la Corte de Apelación de Sassari para asistir a la vista.
