El ‘otro’ Barçagate, al descubierto

Una conspiración mediática entre la Cadena SER, Goal y EFE golpea intermitentemente contra Bartomeu gracias a las filtraciones de Mossos y a la delirante interpretación de TV3

Ferran López, jefe de los Mossos durante la aplicación del artículo 155

Para comprender el Barçagate en toda su compleja dimensión debe admitirse que desde hace más un año se ha convertido en la gran arma de la oposición a Josep Maria Bartomeu, el ácido que ha corroído su gestión desde el punto de vista institucional y que, junto a los estertores del mejor equipo de la historia, apalizado en Lisboa por el Bayern en la Champions, propició el clima perfecto para el impulso a una moción de censura que finalmente sirvió para echar al presidente y a su junta tras un año como el 2020, monográfico en su contra desde el entorno más maligno del Barça. 

En ese frente se alinearon todas las fuerzas que llevan años ambicionando recuperar el trono, con Joan Laporta al frente, el entorno de Puigdemont implicado, comprometido y dispuesto a todo, junto a las tradicionales columnas del cruyffismo y del guardiolismo social, tribunero y mediático, también con Jaume Roures para echar un cable donde hiciera falta y, en su conjunto, el aparato del soberanismo (ANC i Omnium) al servicio de la gran causa. Imposible escapar.

La fisura interna derivada de la demostrada poca habilidad y visión de Jaume Masferrer, el asesor especial de Josep Maria Bartomeu, abrió el camino. La contratación de un monitoreo de las redes sociales y de un encargo legítimo de activación reputacional a favor del club, incluida la imagen de la directiva, se convirtió en el origen de un caso cuya caja de resonancia y manipulación periodística ha sobrepasado esta semana todos los límites, como si hubiera entrado en una fase de exceso y de locura.

El principio. Nadie duda que la filtración, o el estallido inicial, fue cocinado a fuego lento desde el entorno del club con la complicidad de alguien desde dentro. La noticia original, que no fue seguida por la prensa en su momento, la dio el diario ARA dando detalles de esta contratación y de la existencia de cuentas ‘pro’ FC Barcelona promovidas desde el propio club.

El impulso mediático se lo dio meses después la Cadena SER, a través del espacio ‘Què t’hi jugues?’, dirigido por Sique Rodríguez y un colaborador, Adrià Soldevila, presunto investigador del caso. A partir de su primera explosión, el otro gran empujón se lo dio un directivo de Bartomeu, Emili Roussaud, después de fracasar su intento de golpe de estado interno contra el propio presidente, cuando ya había sido nombrado vicepresidente primero y señalado como el candidato continuista. Tras ese vacuo y chapucero intento, sin éxito, el presidente le advirtió que volvería a ser directivo raso, motivo por el que entonces sí dimitió, junto con otros miembros de la junta, en ningún caso por el Barçagate, que ya había explotado meses atrás. Lo que sí hizo, para justificar su salida por la puerta de atrás, fue hacerse el ofendido y el ignorado llegando a afirmar que “alguien ha metido la mano en la caja”. 

Roussaud tuvo que desmentirlo antes de que le cayera una querella, pero su resentimiento extremo le llevó a presentarse a las elecciones, perder el control de su propio discurso y hacer trampas para conseguir firmas (había comprado las de otros candidatos, según todos los indicios) por lo que hubo de renunciar y retirar sus avales antes de meterse en otro lío por posible falsificación documental. Roussaud, en ese delirio permanente que padeció tras salir del club, llegó a decir que Bartomeu, en junta, había justificado la contratación de I3Ventures por recomendación a de la ex-vicepresidenta del Gobierno del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, una afirmación negada por sus propios compañeros de junta y sin sentido, según todas las versiones contrastadas del entorno de Bartomeu y del propio expresidente.

En el plano judicial, la instrucción del caso en los tribunales es consecuencia de la querella presentada por algunos socios, de la mano del mismo abogado, Felipe Izquierdo, que propició el caso Neymar asistiendo a Jordi Cases, y la interpuesta por el propio Jaume Roures porque una de esas ‘cuentas’ utilizaba su nombre y apellido. La jueza del caso realizó en su momento las diligencias de registro a través de la Guardia Civil actuando como policía judicial.

Se ha dado el caso, sin embargo, de que por sorpresa y sin orden judicial ninguna, un alto cargo de los Mossos d’Esquadra, Ferran López, envió unidades de la policía catalana a un nuevo registro, conduciendo a comisaría a varios ejecutivos, como el CEO Òscar Grau y el jefe de los servicios jurídicos, Román Gómez, al ex-empleado Jaume Masferrer y al propio ex-presidente, Josep Maria Bartomeu, que pasó la noche en el calabozo antes de comparecer ante la jueza al día siguiente, la primer sorprendida por unas actuaciones que no había dispuesto. 

El día elegido fue el 1 de marzo de 2020, al inicio de la última semana de campaña electoral, propiciando el levantamiento del secreto de sumario. Su contenido fue repartido por todas las redacciones, convirtiendo el Barçagate en el único tema informativo de la semana clave de las elecciones para todos los medios laportistas, prácticamente el 90% de la prensa.

Hoy, varios meses después, el alto cargo de los Mossos, Ferran López, es empleado de seguridad del FC Barcelona, mientras el cuerpo confecciona, en base a aquel registro compulsivo de los Mossos, un sumario propio, un segundo sumario del caso que al final deberá añadirse al del otro cuerpo policial.

A partir de entonces se ha puesto en marcha un circuito periodístico que tiene como protagonistas a tres periodistas, al referido Sique Rodríguez(Cadena SER), a Adrià Soldevila (de la web Goal) y a Sergi Escudero, colaborador de este último que sirve a la agencia EFE  cualquier filtración procedente de Mossos. Así, la agencia EFE se hace eco de la paternidad de la noticia y la difunde urbi et orbe sin contrastar, en ningún caso, las fuentes de la parta demandada. 

Cuando Ferran López organizó la primera ofensiva el día 1 de marzo, un twitter de la propia cuenta oficial de los Mossos anunció los registros. Algo bastante insólito.

Así, mediante este mismo circuito se ha filtrado esta semana un documento atribuido a Jaume Masferrer, unas notas en un papel, que ha dado pie a una interpretación rocambolesca y desmadrada. TV3 se puso las botas la noche del lunes con un editorial del director del Onze, Xavi Valls, en el que afirmaba la existencia de indicios más que probados y suficientes -una hoja con nombres y anotaciones sueltas hechas a mano- como para sostener que el doble propósito del Barçagate era el de liderar desde la presidencia del FC Barcelona la lucha contra el independentismo. Dio a entender que los socios del Barça se iban a sorprender al saber que su dinero se habría destinado a una conspiración ‘unionista’ liderada por Bartomeu con la finalidad de acabar con el soberanismo.

Parecía una alucinación o una broma de TV3 llevada al extremo, delirante, de conectar un demarraje de alguien como Emili Roussaud, desacreditado por sus propias mentiras, traición y trampas, sin ninguna credibilidad, con una hoja de Masferrer, o atribuida a él según Mossos, con notas desorganizadas, y un modus operandi de Bartomeu, bajo la presunta dirección intelectual de Soraya Sáenz de Santamaría, para intentar desmontar el independentismo catalán.

Como si Bartomeu no hubiera tenido bastante con intentar controlar el vestuario del primer equipo, revuelto en su contra por reducirles la ficha un 12% a los jugadores, y a una facción de su junta directiva que, ajena a todo, sólo estaba pendiente de ganar la batalla interna por la sucesión.

La obsesiva fijación -órdenes de la dirección- de TV3 por dedicar cada día un ataque a Bartomeu con insultos, sospechas, acusaciones dantescas, burla y desprecio está llegando a un punto cercano al que llegó Barça TV en 2010 cuando, siendo su director Vicenç Sanchis, personajes como Salvador Sostres tenían barra libre para insultar a Sandro Rosell, el espirante a la presidencia, y a los socios sin límite ni consideración ni justificación. 

El otro ‘Barçagate’, la operación mediática para construir una teoría conspirativa, criminal y acusatoria contra Bartomeu a costa de una instrucción policial patrocinada por un empleado del Barça, ex alto cargo de Mossos, empieza a descontrolarse y a incurrir en actos y actuaciones periodísticas que ya están bajo la atenta evaluación jurídica y quién sabe si, pronto, bajo actuaciones judiciales.

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