Al de Girona: Martí Fonalleras. Lo ha sustituido por Adam Manyé y se lo ha tomado muy mal. Lo explica en la carta que distribuyó hace unos días, coincidiendo con su relevo. «Me hubiese gustado seguir pero no ha sido posible», dice en la carta, donde explica que «el lunes 31 de mayo pasado tuve una entrevista con la señora Laia Cañigueral, secretaria general de la Federación Regional de Girona de Esquerra Republicana de Catalunya y actual Delegada de la Generalitat en Girona y me comunicó que yo no tenía el perfil adecuado para seguir como Director de los ST de Educación en Girona y se me pidió la renuncia. Me dijo que venían dos años de mucha carga política, que serían necesarias muchas visitas a alcaldes y ayuntamientos, que se tenían que preparar las listas electorales cara a las municipales de 2023 y yo no era la persona adecuada».
«Manifesté reiteradamente mi voluntad de continuar haciendo este trabajo, pero rápidamente entendí que desde la Federación Regional de ERC en Girona no se quería que siguiese, y el Consejero les ha escuchado», sigue la carta. Fonalleras escribe que «todo esto lo escribo sin animus iniuriandi pero lo hago porque pienso que» alguien lo tenía que decir «, porque creo que tenemos que hacer pedagogía y porque tenemos que saber cómo funciona este país». Por lo que cuenta, el país funciona con un departamento de Educación donde los directores territoriales se eligen en función de si sirven o no para jugar un papel importante en la confección de las listas electorales del partido que lo controla. ERC, en este caso.
Con todo, el director territorial cesado considera que «estoy convencido de que no se me dieron las razones verdaderas y profundas de mi destitución». Fonalleras llevaba 40 años trabajando en el Departamento de Educación y era director de los servicios en Girona desde hacía tres. Tiene 65 años y fue concejal de Calonge en representación de ERC.
