El socialista Salvador Illa no se cansa de repetir desde las elecciones del 14 de febrero que quiere intentar presentarse a una investidura y ser presidente. Pero, como que nadie le hace caso, y menos todavía la presidenta del Parlament, Laura Borràs, el socialista vaga por la política catalana sin mucho trabajo más que reclamar un papel propio.
Es por eso que, como que su aterrizaje al PSC desde el ministerio fue tan abrupto, repentino e inesperado para muchos, parte de su cúpula ahora lo fuerza a visitar tantas agrupaciones locales y grupos de militantes como pueda. “Se trata que, más allá del papel interno que ha tenido siempre, se forje una imagen y un perfil de líder del partido, que lo vean como el hombre fuerte, el que está, el que tienen para todo”, asegura satisfecho un dirigente del PSC.
