Bosch ha comunicado al comité de empresa que cerrará la planta de Lliçà d’Amunt, donde trabajan 336 personas, según han informado este jueves los sindicatos. Esta decisión se conoce cinco meses después de que la compañía alemana anunciara que prevé finalizar en noviembre de este año la actividad de su planta de Castellet i la Gornal, donde trabajan 300 personas.
El sindicato UGT ha denunciado que se trata de una deslocalización, indicando que Bosch transferirá la producción de mecanismos de freno de vehículos de Lliçà a Wroclaw (Polonia) para reducir costes, mientras que la compañía ha justificado la decisión por razones económicas.
El mismo sindicato ha destacado que los trabajadores asumieron esfuerzos, como congelaciones y reducciones salariales y recortes de plantilla, para facilitar la continuidad de las plantas de Lliçà y Castellet, y considera que los responsables de la multinacional ha sido, en cambio, «insolidarios» y «egoístas».
Los cierres de Bosch, que destruirán 636 puestos de trabajo, se suman a los despidos acumulados desde 2020 en Cataluña por otros fabricantes del sector de la automoción, como Saint Gobain, TE Connectivity y Tachi-S.
