La irrupción de los presos independentistas, el intercambio de reproches entre los dos partidos que mandan todavía en Cataluña, ERC y JxCat, y el fantasma de la reedición del tripartito de izquierdas han protagonizado el arranque de una campaña electoral que, de otra parte, viene marcada por la pandemia y las restricciones que sufre el país.
La irrupción de líderes como Oriol Junqueras, que ha salido de la cárcel gracias al tercer grado para participar en los actos electorales de ERC, ha sido sonada. El republicano, en contra de lo que ha venido haciendo ERC en los últimos meses, ha atacado duramente a sus todavía socios en el Govern, JxCat. Los ha colocado en el mismo saco que el PSC y ha asegurado que en ERC, al contrario que en estas dos formaciones, «no robamos». Desde Junts ha sido su número tres en las listas de Barcelona, Joan Canadell, el encargado de responder y lamentar el tono de su socio de gobierno.
El otro tema estrella es la idea de un nuevo tripartito de izquierdas. JxCat, Cs, PPC, PDeCAT y Vox coinciden en alertar de una reedición de la vieja fórmula (PSC-ERC-Comunes). De hecho, esta es la apuesta de la candidatura de Jéssica Albiach, pero tanto ERC como el PSC niegan el tripartito y se vetan mutuamente. El partido liderado por Junqueras lo califica de «imposible» y los socialistas aseguran que no formarán gobierno con independentistas.
ERC apuesta por un gobierno soberanista de frente amplio de 5 partidos con JxCat, CUP, comunes y PDeCAT. Pero tanto JxCat como los comunes se niegan a gobernar juntos. Con el objetivo de ampliar la base, la lista de Pere Aragonés propone abrir las puertas del actual gobierno a la CUP y los comunes. Y centran todas las críticas en el PSC y su candidato, Salvador Illa, ya que consideran que es el adversario.
