«¿Víctor Font defiende los intereses del Barça o los del City?», La pregunta, envenenada, se la dirigió Toni Freixa a Víctor Font, otro de los candidatos a la presidencia del FC Barcelona, con motivo de su interés en negociar con el Manchester City el traspaso de Eric Garcia.
Las aventuras de Víctor Font en su larga precampaña ya sugieren que, a menudo, se lanza a una idea o una iniciativa desde el más absoluto desconocimiento de la realidad del club, de su entorno y de las dinámicas propias del mundo del fútbol. El caso de Eric Garcia es significativo de su desorientación.
En primer lugar, se trata de un jugador que queda libre y que, por tanto, puede venir libre en julio. El Barça lo quiere y el futbolista también ha manifestado su deseo de volver al club. Por lo tanto, la primera iniciativa natural es la de cerrar con el jugador sus condiciones, inicialmente pactadas. Esto, antes de negociar con el City un posible avance de su llegada, cuestión que la Comisión Gestora ya ha resuelto negativamente dejando la operación en manos del próximo presidente por no realizar un acto de disposición que Joan Laporta ya ha amenazado con denunciar considerando que la Gestora iría mucho más allá de sus atribuciones.
Aun así, Font sigue en su burbuja, intentando solucionar el problema a base de pagarle al City una cantidad de entre 3 a 9 millones de euros. Y eso a pesar de que la Gestora también advirtió que la frágil estructura financiera del club no permite el menor aumento de la deuda a menos que haya un traspaso y un beneficio contra el que firmó a Eric Garcia.
Pero, lo más relevante, porque atenta contra todos los principios de la contabilidad, es como quiere burlar este contratiempo argumentando que se ve capaz de negociar con el City el aplazamiento del pago. ¿No sabe Víctor Font que la deuda se contabiliza en el balance cuando se acuerda el fichaje con independencia de cuando se produzca el pago total o parcial de la operación? ¿Así hace las cuentas? Hay quien sospecha que esta es una idea que se le ha ocurrido a su amigo Ferran Soriano, otro al que los números nunca le han cuadrado. Así le fue al Barça con Soriano y así le puede ir con Font, heredero de un estilo de patada hacia delante iniciado por Gaspart, seguido por Laporta y Soriano y también para Bartomeu.
