El expresidente de la Generalitat y diputado de JxCat, Carles Puigdemont, ha afirmado en un evento telemático organizado por los casals catalanes, compartido con el consejero Jordi Puigneró, que «no está en discusión» la permanencia futura de Cataluña a la Unión Europea (UE), pero ha añadido que «no negociaremos con la UE la independencia de Cataluña porque la UE es una sindicato de Estados y, allí, quién determina es el Estado español». «Nos la tenemos que ganar nosotros mismos, no nos vendrá dada», ha agregado antes de recordar que las instituciones comunitarias «no han sido históricamente las primeras» en reconocer nuevos estados independientes.
En este encuentro de casi dos horas, en el que básicamente se ha dedicado a responder preguntas, Puigdemont también ha diferenciado el «viejo sueño europeo» del hecho de que, en la práctica y en la actualidad, los Estados miembros «son muy poderosos». También ha afirmado que Cataluña es «un país mayoritariamente europeísta» y se ha mostrado partidario de fortalecer consensos internos como el que aprecia entre los catalanes favorables y contrarios a la independencia sobre la UE, pero ha afirmado de entrada que «es cierto que hay vida más allá de la UE».
El expresidente catalán, que ha expresado interés en lo que haga Escocia en relación con la UE una vez que se ha quedado fuera después del Brexit, ha asegurado que Cataluña «cumple todos los requisitos para ser miembro de pleno derecho de la UE » y, específicamente, que como candidato el «tránsito» que debería recorrer ese escenario «es prácticamente técnico». Con respecto al requisito esencial de ser aceptado por unanimidad por los otros estados miembros, el diputado JxCat ha dicho que «no tengo ninguna duda de que no habría veto del Estado español«, argumentando que, si se llega a ese punto, los demás países habrán reconocido a Cataluña, por lo que aduce que España habría tenido que hacerlo antes, un escenario que «sería el resultado de un acuerdo político» sobre fronteras, deudas, doble nacionalidad y otras cuestiones, ha asegurado.
Puigdemont ha lamentado el poder que tienen los Estados de la actual UE y, en particular, los ha acusado de censurar informes porque no reflejaron los meses que ni él ni Oriol Junqueras pudieron participar en la Eurocámara a pesar de haber sido elegidos diputados. También ha dicho que la UE «tiene que bajar la cabeza» cuando habla de derechos fundamentales con otros actores internacionales porque «hay presos políticos» por «culpa del Estado español», del que ha dicho en otro momento que es «violento» y que muestra una «pulsión catalanofóba cuando se siente amenazado».
Con respecto al procedimiento en curso en la Eurocámara sobre la posibilidad de levantarle la inmunidad para que la justicia española pueda juzgarlo, el eurodiputado ha lamentado que no esté siendo confidencial, ya que denuncia la filtración de informes que «nos perjudican», pero también ha manifestado su confianza en que, independientemente de lo que decida el Parlamento Europeo, «volveremos a ganar» en instancias judiciales internacionales. Ha dicho, utilizando la comparación futbolística en ese sentido, que «obtenemos buenos resultados» si el árbitro y el campo son «neutrales», pero ha comparado su caso en manos de la Eurocambra con jugar en el Santiago Bernabéu contra el Real Madrid con el árbitro en contra.
«Más de tres años después, la experiencia nos confirma el acierto de esa decisión», ha concluído Puigdemont sobre el haberse marchado a Bélgica para evitar la acción de la justicia española, si bien ha dicho que «no iba a salvarme a mí mismo», sino «al contrario»: a poner «un gran foco» sobre la causa independentista, ha indicado además de destacar que se fue para hacer de «presidente legítimo» porque «sentía que tenía el deber histórico de defender la institución de la Generalitat».
