La líder del Partit Nacionalista Català (PNC), Marta Pascal, ve muy complicado que su formación acabe teniendo representación en el Parlament después de las elecciones del 14 de febrero. Así se lo ha comentado a parte de su equipo más cercano, que admite que la campaña electoral les será dura porque no contaban con un factor clave en su invisibilidad.
Y es que cuando Pascal dejó el PDECat para montar su partido, preveía que JxCat no dejaría que el Partit Demòcrata se marchase o, en el mejor de los casos, lo dejaría tan debilitado que lo tragaría y lo haría desaparecer. De esta manera, Pascal y los suyos aparecerían con una nueva marca como guardianes de las esencias de ese nacionalismo convergente, liberal, pretendidamente transversal pero cargando hacia la derecha, y lejos de las aventuras unilateralistas y poco realistas que envuelven a JxCat.
Las cosas, sin embargo, no han ido así, y ahora Pascal, que criticó el PDECat hasta que dejaron de escucharla, lamenta no haber utilizado otra estrategia que le permitiese ahora pactar con los demócratas y concurrir juntos a las elecciones del próximo 14-F.
