De las 19 comunidades autónomas que constituyen España, Catalunya es la decimosexta en cuanto a saldo migratorio entre las personas que llegan procedente de otras regiones y las que se van a ellas. Por detrás de Catalunya sólo están Extremadura, Castilla-León y Andalucía. Así se constata en los datos elaborados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes al año 2018, confirmadod por los que dio a conocer el Instituto de Estadística de Catalunya (Idescat) el pasado mes de septiembre.
Según el INE, de Catalunya se marcharon 2.811 españoles más de los que fueron a vivir a ella en 2018. El Idescat sitúa en 2.689 la diferencia entre las personas que se marcharon y las que vinieron ese año. El Idescat calcula que en 2018 el saldo negativo de la población española que vivía en Catalunya en comparación con el 2017 fue de 4.369 personas, mientras que el saldo de extranjeros que lo hacía fue positivo por un total de 1.680.
La comunidad que acogió más ciudadanos de otras comunidades autónomas fue la de Madrid. Al acabar 2018 vivían allí 7.307 españoles procedentes de otras partes de España más que en 2017. Este saldo también fue positivo en la Comunitat Valenciana, las Islas Baleares, Aragón, Canarias, Navarra, Galicia, Cantabria y el País Vasco. De Andalucía se marcharon 6.374 españoles en dirección a otras comunidades mientras que de Castilla-León lo hicieron 4.099 y de Extremadura, con una cantidad similar a la de Catalunya, 2.980.
Ni el INE ni el Idescat acompañan estos datos con análisis sobre las causas del porque de esta marcha de españoles de Cataluny, fenómeno que algunos analistas atribuyen a los efectos del proceso independentista catalán. El Idescat sí que detalla que el saldo migratorio no había sido negativo desde 2013. Habrá que esperar unos meses para conocer los datos definitivos correspondientes al año que ahora se acaba para ver si esa sentencia se confirma.
