La Asociación Catalana de Municipios y Comarcas (ACM) está inmersa en un escándalo por los negocios que proporcionaba a un puñado de empresas privadas, seleccionadas por la central de compras de esta entidad municipalista. El juzgado n. 16 de Barcelona investiga si algunas de estas empresas beneficiadas con contratos con los ayuntamientos y consejos comarcales afiliados a la ACM eran, a su vez, una fuente de financiación de organizaciones y plataformas independentistas.
El pasado día 21, las dependencias de esta entidad, en la calle València de Barcelona, fueron registradas por la policía. En la misma operación se confiscó documentación de la empresa Viajes Alemany, de Vic, que se encarga de organizar los viajes de la ACM, pero también de Òmnium Cultural y la ANC. Las investigaciones en marcha afectan directamente al consejero de Interior de la Generalitat, Miquel Buch, que fue presidente de la ACM entre los años 2011 y 2018, si bien la policía ha señalado que no figura entre sus objetivos.
La ACM -que reúne a 824 municipios, 40 consejos comarcales y las cuatro diputaciones catalanas- es una potente estructura controlada, desde sus inicios, por Convergència (hoy, PDECat). De su presupuesto, que sube a unos 5 millones de euros anuales, también se han beneficiado algunos medios de comunicación afines al independentismo, según se puede constatar en su portal de transparencia.
Concretamente, durante el mandato de Miquel Buch, la empresa Hermes, editora de El Punt Avui, fue beneficiaria de un convenio anual de publicidad por 36.000 euros. El año pasado, el diario Nació Digital también recibió 14.500 euros más IVA por inserciones publicitarias redaccionales de la ACM.
