El empresario Jaume Roures ha decidido asumir la producción de la última película del director norteamericano Woody Allen, que se ha empezado a rodar estos días en San Sebastián. Lo que habrá que ver es si esta inversión resultará rentable al fundador de Mediapro, puesto que Woody Allen está en el epicentro de la campaña #MeToo en los Estados Unidos, después de la denuncia por abusos sexuales que formuló contra él su hijastra, Dylan Farrow.
Estos abusos sexuales empezaron cuando Dylan Farrow tenía sólo 7 años. A pesar de que el director de cine siempre ha negado con vehemencia estos hechos –que pasaron en 1992-, el caso ha adquirido una nueva dimensión después del estallido del escándalo del depredador sexual Harvey Weinstein, uno de los magnates de Hollywood.
Debido a ello, Woody Allen se ha convertido en un "apestado" en el mundo del cine en los Estados Unidos y muchos actores de renombre han afirmado que nunca más rodarán una película con él. Su última producción, A rainy day in New York, no ha sido estrenada y Amazon se ha negado a distribuirla.
Por eso, sorprende la osadía de Jaume Roures, que puede ver como la nueva película Woody Allen en la cual ha invertido puede sufrir un boicot por parte del movimiento #MeToo cuando intente comercializarla. Años atrás, Mediapro ya produjo cuatro películas de Woody Allen (Vicky Cristina Barcelona, Conocerás al hombre de tus sueños, A Roma con amor y Medianoche en París), que contaron con una fuerte subvención pública de las ciudades donde se rodaron, con el objetivo de hacer promoción turística, como pasa ahora con San Sebastián.
El año pasado, Mediapro anunció la venta del 53,5% de sus acciones al grupo chino Oriente Hontai y no se sabe si los nuevos propietarios están de acuerdo con esta arriesgada apuesta empresarial. De hecho, tampoco se sabe si este inversor chino –a quien nunca se ha visto por Barcelona- existe de verdad o es un "cuento xino" de Jaume Roures, que continúa dirigiendo a la empresa junto con su inseparable Tatxo Benet.
