La alcaldesa de Barcelona y candidata de Barcelona en Comú a la reelección, Ada Colau, está más que preocupada. El resultado electoral de los comicios al Congreso del pasado 28 de abril le dejaron un panorama en la ciudad que no esperaba. Los comunes contaban que hubiera un voto útil hacia el PSC y, por lo tanto, que parte de su electorado podía marchar en las elecciones españolas, pero confiaban que serían electores que podían volver en las municipales. Con el que no contaban en absoluto era con el estallido de voto que tuvo Esquerra Republicana, que se convirtió en la fuerza revelación de las elecciones.
Y esto, a las puertas de los comicios al Ayuntamiento, es un impulso incuestionable para el candidato de los republicanos, Ernest Maragall. Ada Colau preparaba una campaña con Ernest Maragall como aliado, como contrincante-amigo, sin atacar demasiado a quién quería que fuera su socio de gobierno pasadas las elecciones. La alcaldesa prefería confrontar modelos con Manuel Valls, candidato neoliberal exsocialista y renegado de Cs, a pesar de tenerlos en su lista, que le daba una fuerza a su figura que no le puede aportar ningún otro enfrentamiento directo. Ahora, pero, viendo que el peligro real para ella es Ernest Maragall, su equipo está reenfocando parte de la campaña, porque la preocupación en los comunes por una posible victoria de Esquerra en Barcelona es más que evidente.
