Millo: «Al otro lado de la mesa yo me encontré una silla vacía»

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Enric Millo, exdelegado del gobierno español en Cataluña, ha comparecido como testigo en el Tribunal Supremo este martes y se ha referido al contenido de conversaciones que mantuvo con el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, el exvicepresidente Oriol Junqueras y el exconsejero de Interior Joaquim Forn, así como a la postura expresada por el mayor de los Mossos d'Esquadra Josep Lluís Trapero antes del 1-O.

Millo ha dicho que nada tenía interés para Puigdemont más allá de la obtención del beneplácito para la celebración de un referéndum. En ese sentido, ha planteado que pese a que mantuvieron reuniones, "al otro lado de la mesa yo me encontré una silla vacía", ya que Puigdemont esgrimía que tenía que obedecer un "mandato democrático" para culminar una hoja de ruta. Tras convocarse el referéndum, hecho que Millo ha descrito como prácticamente un punto de no retorno, ha destacado como algo chocando que el expresidente catalán todavía planteara el diálogo.

En cuanto a Junqueras, ha dicho que era "absolutamente partidario" del referéndum, pero que consideraba "complicada" la situación y que prefería que el proceso no avanzara tan deprisa. Según ha dado a entender Millo, Junqueras prácticamente lo invitó a convencer a sus socios de gobierno del PDECat.

Sobre las reuniones de la junta de seguridad, ha evocado que la última fue un "esperpento", puesto que, según su relato, el gobierno catalán se sentó para ver si se ponían de acuerdo para "funcionar con normalidad", a pesar de que había un auto donde el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ordenaba impedir el referéndum. "Lo que no dijeron nunca es no se celebraría", ha indicado Millo sobre el gobierno catalán.

Del mayor Trapero ha explicado que daba a entender que su obligación era cumplir con el mandato judicial, pero que nunca dijo como lo haría y que, a la vez, manifestaba que en ningún caso usaría la fuerza para impedir la votación. Millo ha asegurado que existía una alineación política entre el gobierno catalán y los criterios de actuación expuestos por Trapero. Puigdemont, según el relato de Millo, no expresó un sí o un no sobre una eventual desconvocatoria, sino que decía que sabía lo que tenía que hacer.

El exdelegado del gobierno español también se ha referido además de un centenar de actos violentos que atribuye al independentismo de septiembre en noviembre del 2017 en los cuales ha explicado que se lanzaron "objetos incendiarios", se efectuaron señalamientos de personas, se profirieron amenazas y se hicieron pintadas.

Millo también ha asegurado que el presidente del TSJC le pidió que la Guardia Civil o la Policía Nacional protegieran la sede de este tribunal, ya que hasta entonces sólo había los Mossos d'Esquadra y una de las leyes de desconexión se refería a la sustitución del presidente del TSJC por orden del presidente de la Generalitat.

En cuanto a los agentes policiales desplegados en Cataluña, Millo ha declarado que los visitó después del 1-O y que algunos habían sufrido fracturas. Se ha referido, asimismo, a un chaleco antibalas rajado de arriba abajo y a la "trampa del Fairy", que asegura que un agente relató que había sufrido. Según la descripción de Millo, se derramó este producto lavavajillas en el suelo para que los agentes resbalaran y, así, poder agredirlos fácilmente. De los civiles heridos aquella jornada, Millo ha dicho que él no recibió información por parte del departamento de Salud, aunque la pidió.

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