Jordi Pujol no es el único convergente que ha recurrido a los servicios de una bruja. En el caso del ex-presidente de la Generalitat, se trataba de Adelina, una gallega a quien consultaba en Andorra.
Otra figura en el punto de mira de la justicia, la ex-responsable del área de organización y gestión de la Diputación de Lleida Marlen Minguell, también confió en el esoterismo, según escribe el periodista Carlos Quílez en el medio digital El Taquígrafo, citando el contenido de atestados policiales relacionados con el caso de presunta corrupción en la institución.
Esa información relata que Minguell trató de convencer al entonces presidente de la Diputación, Joan Reñé, para enchufar a la esposa de un militante y amigo del PDECat (el partido de todos ellos), y que, al recibir una respuesta negativa, contactó con una bruja de Lleida para que hiciera los conjuros necesarios para conseguir que Reñé cambiara de parecer.
La bruja, según el relato policial referido por El Taquígrafo, comunicó a Minguell al día siguiente que "el problema se ha solucionado". Aunque no consta ninguna comunicación entre la bruja y Reñé, según la misma información, Minguell se salió con suya y su protegida fue contratada.
