Con la salud no se juega. Esta expresión es más una exigencia que una realidad. Porque, desgraciadamente, hay demasiados negocios -muchos de ellos, sucios e intolerables- que juegan con la salud de las personas. Para denunciarlo y aprovechando la celebración del Día Mundial de la Salud, el pasado día 7 de abril se organizó una jornada internacional contra la privatización y la mercantilización de la salud.
La Marea Blanca de Catalunya se encargó de coordinar el acto que se celebró en la plaza de Sant Jaume de Barcelona, en el que intervinieron representantes de todos los colectivos que luchan por un servicio de salud digno, universal y gratuito para todos. Usuarios y profesionales de la sanidad, activistas de los movimientos sociales y sindicalistas se sucedieron en las diferentes intervenciones que se hicieron bajo el lema global de Health4all (Salud para todos). Se añadieron más lemas: «Salud es todo», «Salud, principio de todo», «Salud es nombre de mujer», «Salud es vida», «Precariedad no es salud» y «Por la salud, lucha obrera».
Las listas de espera exageradas, los obstáculos para el acceso a la sanidad gratuita, los recortes en los presupuestos dedicados a la atención sanitaria pública, el negocio de las empresas de seguros privados y el de las farmacéuticas, las duras condiciones laborales de los trabajadores de la sanidad y los servicios sociales.. todas estas cuestiones fueron denunciadas en Barcelona, Gaza, Nairobi o Manila.
Este sábado se nos recordó que «los recortes y la pobreza matan». Aquí y en todas partes. Hacia el final del acto, un grupo de yayoflautas interpretó una versión particular de la canción Resistiré de El Dúo Dinámico. Comenzaron diciendo: «Cuando pierdas toda la esperanza, cuando nos destruyan la Sanidad, cuando nos impidan la asistencia y nos echen del hospital…». El estribillo era: ‘Resistiré para seguir luchando, soportaré los golpes y nunca me rendiré. Los yayoflautas venimos de muy lejos. Resistiré. Resistiré». Y terminaba: «Cuando amanezcas cada día viendo tu pueblo en rebelión, levántate y mírate al espejo y marcha contra la corrupción».
¡Pues, eso!
