Atrapados

«Atrapados. Solidaridad vs. Barbarie es una muestra de la artista Meca-María Ramírez, con la colaboración de los fotógrafos Pablo Tosco y Xavier Mendiola, sobre personas que huyen del hambre, de las guerras y de la miseria». Esta es la introducción del texto donde se explica el contenido de la exposición, que se inauguró el día 16 en la Biblioteca Jaume Fuster de Barcelona. Consta de una cuarentena de paneles que denuncian la vulneración de los derechos más básicos de las personas que buscan refugio más allá de las fronteras de su país. La pobreza, el hambre, la violencia, la guerra, los expulsa del suyo y llaman a la puerta de otro, pidiendo solidaridad. Huyen de la barbarie. Buscan una mano amiga.

Los paneles se han repartido por las bibliotecas de Barcelona y estaría bien que se instalaran en centros cívicos y sociales de muchas otras ciudades. El próximo 18 de febrero hará un año de la gran manifestación que en Barcelona reunió a cientos de miles de personas con el lema de «¡Queremos acoger!». También se organizó un concierto espectacular en el Palau Sant Jordi en el marco de una campaña de solidaridad con estas personas «atrapadas».

El gobierno español y la Unión Europea fueron los principales destinatarios de aquella denuncia multitudinaria. El periodista Jordi Évole recordó que tampoco podíamos estar satisfechos con el papel jugado por el gobierno catalán.

Ha pasado un año y la sensación es que poco o nada ha cambiado. Miles de personas están pasando el invierno en campamentos precarios en las islas griegas, decenas continúan muriendo ahogadas en el Mediterráneo al intentar cruzarlo con embarcaciones inseguras y la Unión Europea ha renunciado a que los países que la forman cumpliesen los compromisos adquiridos de acogida de refugiados. El fin de semana pasado encontraron los cuerpos sin vida de quince sirios congelados cerca de la frontera de su país con el Líbano. Había algunos niños entre ellos.

Probablemente, al escuchar la palabra «Atrapados» la primera reacción de muchos será pensar en el callejón sin salida en el que estamos instalados en Cataluña desde hace años y que tiene pinta de continuar más o menos igual durante mucho tiempo. Es angustioso y agotador. Pero Atrapados. Solidaridad vs. Barbarie nos recuerda que hay que organizar algo más que grandes manifestaciones y conciertos para hacer posible la acogida digna a la que tienen derecho los cientos de miles de personas que nos la piden.

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