Decálogo para superar los encuentros navideños

El debate sobre la independencia de Cataluña provoca tensiones y debates agrios entre los políticos pero también entre los ciudadanos. Algunos hablan de fractura social y otros simplemente de «mal rollo». En cualquier caso, se prevén discusiones subidas de tono en los encuentros familiares o de empresa habituales en esta época del año. Para minimizar los daños se me ocurren los siguientes consejos (mejor calificarlos de ideas, que es menos pedante).

1. No ir. Es la solución más fácil y contundente. Las excusas las ponéis vosotros, pero las hay de todos los colores (desde médicas hasta laborales, pasando por viajes improvisados a última hora). En cualquier caso, desaconsejo que se reconozca que no se va para ahorrarse gritos y malas caras.

2. Celebrar el encuentro en un restaurante ruidoso y de acústica pésima para imposibilitar el diálogo.

3. Distribuir a las personas en la mesa de forma que se formen grupos homogéneos (los indepes en un extremo y los anti-indepes en el otro) y poner entre ambos a los abuelos más entrañables y si sordean, mejor.

4. Poner la calefacción al máximo para que todos tengan que sacarse los jerseys con lazos amarillos o pins con lemas electorales (no resuelve el tema de los «cuperos» con camisetas reivindicativas, pero todo no se puede tener en esta vida).

5. Organizar una conexión por Skype con algún amigo o familiar que resida en un país lejano. Las dificultades de la conexión, las interrupciones continuadas y el silencio necesario para escucharlo desviarán la atención del monotema. No recurrir a esta opción si el interlocutor vive en Bruselas, claro está.

6. Dejar el coche en un parking que tenga una hora límite de cierre.

7. Dejar a un niño con fiebre en casa y pasarse todo el tiempo llamando para saber cómo evoluciona.

8. Sacarse de la manga una noticia espectacular que sorprenda a todos y que se convierta en el centro del debate (un embarazo, un cambio de tendencia sexual de uno de los asistentes, la conversión de un católico al Islam o a la inversa, una operación de cirugía estética…)

9. Se puede simular una enfermedad repentina, pero conviene ensayar antes en casa porque la gente sospechará ante una mala interpretación.

10. Hacer todo lo posible para que el encuentro se celebre después del 21-D. Nada garantiza que la situación haya mejorado para entonces, pero todo este tiempo que habréis ganado.

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