Asalto final contra el presidente Bartomeu

La oposición, vinculada a las fuerzas políticas indepes, ha desatado una durísima campaña mediática contra el presidente
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El presidente del FC Barcelona, Josep Maria Bartomeu, necesita actuar con firmeza y urgencia ante el ataque feroz y calculado de la oposición, que ya ha sacado los «tanques a la calle» y organizado una ambiciosa operación de persecución implacable contra él y su junta directiva. El objetivo es forzar un proceso electoral en las próximas semanas, bien por dimisión de la junta como resultado de la presión social o bien como consecuencia de un voto de censura iniciado por el ex-candidato a la presidencia del club, Agustí Benedito.

SENTADO SOBRE EL MARCADOR

El momento ha sido cuidadosamente escogido para actuar por parte del «entorno», puesto que Bartomeu tiene ahora mismo las manos atadas para reaccionar y desarticular esta poderosa conspiración. En primer lugar por la ausencia de efectivos realmente útiles y leales en su propio cuartel general, desde donde no sólo se percibe la ansiedad de este amplio frente contrario, sino también la crisis de su administración y de su gobierno, necesidades de una nueva reestructuración y empujón. En segundo lugar, por culpa del actual escenario político, de una tensión creciente camino del 1-O.  Ahora mismo Bartomeu quiere evitar hacer ruido, dar la menor pista sobre sus planes a corto plazo y resistir como pueda sobre el marcador para defenderse del acoso político al cual se verá sometido en esta recta final del proceso.

Desde el Palau de la Generalitat necesitan al Barça para internacionalizar el referéndum, puesto que cómo se ha demostrado sólo ha tenido una repercusión exterior de calibre y dimensión importantes cuando el ex-entrenador del FC Barcelona Josep Guardiola leyó un manifiesto a favor de la consulta. Bartomeu ya ha rechazado rotundamente ceder el Camp Nou y sus instalaciones para convertirlos en el principal centro de votación de Barcelona Oeste para el referéndum del 1 de octubre. Una negativa que ha enfurecido a la plana mayor del sobiranismo, donde militan un buen puñado de laportistas, guardiolistas y opositores históricos al eje Rosell-Bartomeu, empezando por Carles Puigdemont, amigo personal de Joan Laporta. En respuesta a la no colaboración del Barça, se ha dado la orden de asalto, caza y captura de los despachos del club, lo cual implica la eliminación por la vía rápida de la actual junta directiva.

El proceso ha acorralado a Bartomeu desde el momento en que se decidió hacer del Camp Nou y el Barça símbolos del referéndum. Las fuerzas en contra suyo han movilizado la prensa con tal grado de acidez y hostilidad que por primera vez en la historia se está invocando la dimisión de la junta en base a los resultados de la pretemporada y al balance del mercado de fichajes. Cosa inaudita en la historia del Barça. La postura colectiva, unitaria y coordinada de los medios es llamativa.

Las críticas por haber perdido la Supercopa ante el Madrid, un torneo intrascendente a todos los efectos, han estado de tal dimensión que han dejado perplejos e incluso preocupados a los mismos socios, como si este contratiempo de verano hubiera arrastrado al club y la institución a un abismo apocalíptico.

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