El consejero de la Presidencia y portavoz del gobierno de la Generalitat, Jordi Turull, no ha resuelto este martes, durante la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo Ejecutivo, ninguna de las dudas sobre la celebración del referéndum, que el presidente Carles Puigdemont anunció para el próximo 1 de octubre pero que todavía no se ha convocado oficialmente. «Hemos decidido gestionar nosotros los tempos para garantizar la celebración del 1-O», ha dicho una vez más.
La CUP ha presionado durante las últimas horas para tener listas las normas de la desconexión, defendiendo la aprobación de la ley del referéndum y de la ley de transitoriedad antes de la Diada, pero Turull ha reiterado que no van a facilitar información sobre la votación hasta que esta no haya sido convocada y que no darán cuenta de nada hasta que no haya un «amparo legal». En ese sentido ha denegado detalles expresando, eso sí, que la operativa, la logística y las garantías «estarán», y que los catalanes decidirán si quieren «que el día 2 [de octubre] nos levantemos en un nuevo Estado de Europa«. También ha asegurado que el gobierno «será leal» a la decisión del Parlamento de Cataluña «con todas las consecuencias». El calendario, ha dicho, resto pendiente del acuerdo parlamentario de Juntos por el Sí y la CUP.
Súbditos o ciudadanos
Por otro lado, Turull ha esgrimido una dicotomía contra el gobierno de Mariano Rajoy y los catalanes reacios a participar. Ha afirmado que el gobierno catalán pondrá «todas las facilidades» y que los ciudadanos «querrán actuar como ciudadanos y no quedarse en casa como súbditos». Sobre los contactos del gobierno español con el PSOE y C’s, ha dicho que «los hay que hacen lo posible para que la gente no diga la suya» y que tratan a las personas «como súbditos y no como ciudadanos».
Asimismo, ha contrapuesto «el proyecto» de los partidarios del sí, que ha descrito como honestos, con la opción del no, que ha vinculado con la amenaza y la resignación: «no hay ninguna propuesta, no hay nada». En relación a la previsión de la ley de ruptura sobre la doble nacionalidad, ha dicho que se trata de un proyecto que expresa voluntad política y que el gobierno español tendrá que decir si, llegado el caso, acepta esta dualidad.
Plazos y participación
Sobre la previsión gubernamental de participación, se ha negado a indicar un porcentaje: «la máxima posible». Y en cuanto a la proximidad de la fecha del 1-O, ha admitido que «nos gustaría hacerlo de otro modo», pero que el Estado los persigue «por motivos ideológicos». En referencia al año de margen que recomienda la Comisión de Venecia en convocatorias de referéndum como la que ha anunciado el gobierno catalán, Turull asegura que combaten una anomalía en origen y ha remarcado, eso sí, que esta comisión «deja de vuelta y media la reforma en lectura única del Tribunal Constitucional».
Planteando la cuestión en términos de «democracia si o democracia no», el portavoz ha manifestado que espera el reconocimiento del resultado por parte de la comunidad internacional «si las urnas están muy llenas y el resultado es muy claro».
Después de los atentados
En cuanto a las posibles medidas gubernamentales relacionadas con los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils, Turull ha trasladado que «no descartamos» incrementar el control sobre los imanes, y ha admitido que no todo se había hecho perfectamente en el ámbito de la seguridad. El Gobierno de la Generalitat ha anunciado que se personará en la causa que investiga los atentados.
