El Banco de España estima que el Estado sólo podrá recuperar unos 16.337 millones de euros de las ayudas que concedió a las catorce entidades financieras que recibieron una inyección de capital para sanear la crisis del sistema financiero. Concretamente, de los 76.410 millones de euros que pagó el Estado, sólo se podrá recuperar un 21,4% del total, de manera que el Estado habría perdido unos 60.073 millones de euros del rescate bancario.
Las afirmaciones que hizo el Presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, en 2012, sobre que esta operación no tendría ningún coste para las arcas públicas y que se recuperaría todo el gasto no se han cumplido. Tampoco las del ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos, cuando dijo que «me gustaría especificar muy claramente, que aquí no hay coste para los contribuyentes españoles«. Aun así, en un informe publicado por el Banco de España, la entidad no asume ninguna culpa y se escuda en el hecho de que la recesión fue mucho más intensa de lo que se podía prever.
En este documento, la entidad explica que «ante la liquidación concursal, la estrategia del apoyo a las entidades suponía su viabilidad manteniendo su capital regulador y la continuidad de sus funciones esenciales, y, de este modo, proteger a los depositantes minimizando el coste en términos de recurso público y de riesgo de contagio». Según el Banco de España, «no se anticipó una fase recesiva tan intensa como la que hubo a partir del 2008, ni, por supuesto, sus detonantes: la crisis financiera internacional, en primer lugar, y la crisis de deuda soberana de la zona euro, posteriormente».
