El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, se ha encontrado este jueves en una situación poco habitual para él cuando ha inaugurado, en compañía del consejero de Salud, Toni Comín, las nuevas dependencias del Hospital del Mar, en Barcelona. Algunos trabajadores de este centro le han recibido con pitos y le han gritado «menos propaganda y más soluciones», recoge e-Notícies. También han exhibido carteles con los que denunciaban: «nuevas urgencias del Hospital del Mar, mucho espacio pero poco personal».
En el mismo acto ha reaparecido públicamente la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, porque, según ha dicho, no se quería perder la inauguración, que ha quedado marcada por las reivindicaciones de los trabajadores. Han expresado su malestar porque la ampliación de este hospital no va acompañada de refuerzos suficientes. Aseguran que hacen falta entre 60 y 65 trabajadores para atender las urgencias como es debido, el doble de los efectivos actuales.
La dirección del hospital, por su parte, ha comunicado que «más de 1 millón de euros de la financiación adicional se destinará a incrementar la plantilla equivalente a 40 horas en 32 profesionales, principalmente enfermeras, auxiliares de enfermería y camilleros».
Encierro en el Hospital Sant Juan de Reus
Por otro lado, trabajadores del Hospital San Juan de Reus han organizado un encierro de 24 horas, finalizado este jueves, para denunciar el empobrecimiento de las condiciones laborales de la plantilla, que sufre un 40% de temporalidad, según el comité de empresa, así como el impago de objetivos anuales y el incumplimiento del convenio.
