La plantilla de la mina de Sallent ha iniciado este miércoles una jornada de huelga de 24 horas para protestar contra la situación de incertidumbre laboral que la empresa Iberpotash no ha resuelto todavía. Quedan 24 días para que se ejecute la sentencia que prohíbe el vertido de residuos salinos en el Cogulló e Iberpotash no ha presentado una solución que garantice los puestos de trabajo y la continuidad de la actividad, lamentan los trabajadores.
Durante esta jornada de movilizaciones, los representantes de los trabajadores se reúnen con el alcalde de Sallent, David Saldoni, y con la delegada del Gobierno en la Cataluña Central, Laura Vilagrà, para obtener apoyo institucional y entregar un manifiesto en defensa de los trabajadores del sector minero.
Mientras Iberpotash negocia un retraso del plazo de la sentencia y no da una respuesta satisfactoria a sus trabajadores, el comité de empresa de Sallent y Vilafruns se huele que no hay un plan B y que es probable que se acabe reduciendo la producción y, consiguientemente, la plantilla.
Según Regió7, Iberpotash es optimista sobre la moratoria que desea, pero la entidad ProuSal, por su parte, ha instado a la Generalitat y la judicatura a no ceder i a mantener el plazo del 30 de junio.
Coincidiendo con la jornada de huelga, por cierto, se ha presentado en sociedad Sal Vesta, una empresa de embalaje de sal del Bages ubicada en Sant Fruitós promovida por ICL -matriz israelí de Iberpotash- y la empresa química holandesa Akzo Nobel. Se trata de un proyecto de aprovechamiento comercial centrado en la sal para consumo humano que da trabajo a una veintena de personas.
Problemáticas laborales al margen, la contaminación salina derivada de la actividad minera ha convertido Sallent en un punto negro medioambiental con efectos sobre la salud de los habitantes, como pone de manifiesto la concentración de casos de cáncer de vejiga en aquella zona del Bages referida por varios estudios científicos.
