Victoria de Rubí en su larga lucha contra los vertederos

La empresa TMA Grup Sánchez, que hace la recogida de los desechos de Sant Cugat del Vallès, había convertido el municipio vecino de Rubí en el depósito final de la basura, a pesar de la oposición del Ayuntamiento y de los vecinos
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Con la publicación en el Diario Oficial de la Generalitat (DOGC) del Plan especial para la regulación de las actividades extractivas y su restauración, impulsado por el Ayuntamiento de Rubí y aprobado por la Comisión de Urbanismo de Barcelona, se acaba una larga batalla de los vecinos y de los ecologistas de esta ciudad del Vallès contra la proliferación de vertederos en su territorio. A partir de ahora, la apertura de nuevas minas a cielo abierto para la extracción de arcillas y grabas estará muy limitada y controlada, así como la posterior restauración de los agujeros. Entre otras medidas restrictivas, este plan prevé que sólo podrán haber 15 hectáreas dedicadas a la explotación minera y que, una vez agotada la concesión, se tiene que proceder a su cobertura con tierra y no con desechos urbanos e industriales, como pasaba hasta hace poco.

EL PATIO TRASERO

Rubí se había convertido, en los últimos años, en el patio trasero de esta zona del Vallès. Si en Cataluña hay 948 municipios y un total de 95 vertederos autorizados, en Rubí «tocaban» dos (Can Carreras y Can Canyadell) y un tercero (Can Balasc) en trámite de aprobación por parte de la Generalitat, además de diversos vertidos clandestinos en los agujeros de las antiguas explotaciones mineras que no se han restaurado. Esta situación, además de territorialmente injusta, provocaba numerosas molestias en el vecindario: malos olores, intenso tránsito de camiones a todas horas, ruidos…

La empresa de recogida y tratamiento de desechos TMA Grup Sánchez había colonizado el municipio de Rubí para depositar los residuos urbanos de la vecina ciudad de Sant Cugat del Vallès, donde tiene el cuartel general y dónde disfruta, desde hace años, de la protección del sector negocios de Convergencia. A través de su filial Grupo FSM Vertispania SL, la empresa de Sant Cugat explotaba el vertedero de Can Carreras y había tramitado, a través de la filial Arrins SL, la apertura del nuevo vertedero de Can Balasc.

El sentimiento de agravio por ser el territorio receptor de los desechos de los vecinos ricos de Sant Cugat cristalizó en la creación de la plataforma Rubí Sin Vertederos, que ha encabezado numerosas movilizaciones de protesta y ha presionado al ayuntamiento de la localidad para que extremara la vigilancia de estas actividades y se opusiera a los planes expansivos de TMA Grup Sánchez.

De este modo, se pudo detectar, por ejemplo, que en el vertedero de Can Carreras se estaban tirando residuos no autorizados, como por ejemplo material hospitalario. Las reiteradas denuncias municipales, que llegaron a la Comisión Europea, acabaron haciendo mella en la Agencia de Residuos de Cataluña (ARCO) -que, tradicionalmente, había tenido una actitud muy blanda con TMA Grup Sánchez- y ahora hace un año prohibió que los camiones continuaran tirando basura en el vertedero de Can Carreras, al haber excedido con creces su capacidad de almacenamiento.

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