Los dos arquitectos de la reforma del Palau de la Música, Óscar Tusquets y Carlos Díaz, han reconocido este viernes durante el juicio oral su «escepticismo» sobre la capacidad de Ferrovial para llevar a cabo las obras, pues habían tenido desavenencias en el pasado.
Mientras que Tusquets ha reconocido que este «escepticismo» no lo expresó a los gestores del Palau, su socio sí que ha dicho que se lo comunicó de forma oral, pero no por escrito. Aparte de Ferrovial optaron a las obras dos empresas más.
Las «desavenencias» venían de las «malas relaciones» en anteriores trabajos conjuntos. La decisión final fue del Palau, concretamente de Fèlix Millet y Jordi Montull.
Según los arquitectos, su despacho cobró todas las certificaciones con las que estaba de acuerdo. Sobre las discrepancias, tanto Tusquets como Díaz han dicho que quedaba en manos de Montull la decisión final, pero que nunca habían firmado nada si no estaban conformes.
La principal discrepancia, que generó la desviación más grande, fue la fachada de cristal. Al final el coste se incrementó en 600.000 euros, «una cifra normal» en una obra de la complejidad de la reforma del Palau.
