Este miércoles empieza el segundo juicio en el que se acusa un agente de los Mossos d’Esquadra de haber dejado tuerta una persona con el disparo de una bala de goma. Se trata de uno de los siete casos que se han relacionado con estos proyectiles en Cataluña desde 2005.
Después del caso de Ester Quintana, que acabó con la absolución de los agentes encausados, ahora la Audiencia de Barcelona juzgará las circunstancias de la pérdida de un ojo de Óscar Alpuente, que tuvo lugar en 2009 durante la celebración de la victoria del FC Barcelona en la final de la Liga de Campeones.
La acusación particular pide que se condene a tres años de cárcel por un delito de lesiones por imprudencia grave al escopetero de los Mossos a quien atribuye el disparo. La Fiscalía, en cambio, como hizo en el caso Quintana, no solicita pena alguna porque considera que la lesión fue fortuita y que no se ha determinado un autor. Las imágenes de cámaras de seguridad y los informes forenses serán claves en el desenlace de este juicio.
Inicialmente, los abogados de la víctima habían pedido el procesamiento de tres policías, entre ellos un jefe operativo, pero el juez rechazó llevar a juicio a nadie mes que al escopetero. Durante aquella celebración en las calles de Barcelona también perdió un ojo por el impacto de una bala de goma Jordi Naval.
En la época de los hechos, el consejero de Interior era el ecosocialista Joan Saura, que avaló la actuación de los Mossos y el uso de las balas de goma. El actual titular de Interior, Jordi Jané, expresó que lamentaba que se hubiera producido el caso, pero la aseguradora de la Generalitat y la víctima, a diferencia de los casos de Ester Quintana y Nicola Tanno, no llegaron a ningún acuerdo sobre la indemnización.
