La central nuclear de Garoña puede volver a operar

La planta alargará su vida útil hasta el año 2031, siempre que cumpla con las condiciones de seguridad correspondientes
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El pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha aprobado un dictamen favorable a la reapertura de la central nuclear de Santa María de Garoña, siempre y cuando el operador de la planta cumpla con las inversiones en seguridad que se le exigen. La central, que está situada a 62 kilómetros de Burgos, es propiedad de Nuclenor, una empresa que está integrada a partes iguales entre Iberdrola y Endesa.

A pesar de que el CSN ha dado luz verde a la reapertura de la central nuclear, la autorización tiene que darla el Ministerio de Energía, que decidirá si autoriza a Nuclenor a volver a conectar la planta en la red, que lleva cerrada desde el mes de diciembre del año 2012. El ciclo de vida útil de la central es de 40 años, y finalizaba en 2011. El segundo gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero lo prorrogó hasta el año 2013, pero la central cerró seis meses antes por motivos económicos.

Es por este motivo que Nuclenor solicitó la extensión de la actividad de la central hasta el año 2031, alargando su vida útil hasta los 60 años, puesto que no hay límite legal de funcionamiento siempre que se cumpla con la normativa. La decisión que ha tomado el CSN es que la planta pueda volver a entrar en funcionamiento, siempre que cumpla con una serie de requisitos de seguridad, a pesar de que no tendrá que pasar las revisiones integrales cada diez años para seguir operando. Esta decisión puede servir de precedente para el resto de centrales nucleares que hay en España, algunas con autorización para operar hasta el año 2020, y otras hasta el 2024.

En este sentido, la Asociación Profesional de Técnicos en Seguridad Nuclear y Protección Radiológica (ASTECSN) ha emitido un informe donde se indica que las mejoras de seguridad que ha pedido hasta ahora el CSN no se han llevado a cabo, y que tendrían que estar implantadas antes de entrar en funcionamiento. La implantación de un nuevo sistema de tratamiento de gases, la protección contra la posible caída del techo del edificio de la turbina, el aislamiento de la contención primaria del reactor o la separación física de los cables eléctricos del resto del sistema son algunas de las medidas que la ASTECSN exige que se cumplan.

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