La CUP exterioriza solidaridad con Artur Mas, Joana Ortega e Irene Rigau porque son juzgados por la celebración de la consulta del 9N, pero no comulga con la estrategia de defensa de estos encausados porque no asumen la desobediencia. El diputado cupaire Albert Botran ha reprochado a las defensas de los tres miembros del anterior gobierno de la Generalitat que no hayan asumido que desacataron «una orden injusta» y que, en cambio, pretendan evitar una posible condena mediante de una «rendija legal».
La organización juvenil Arran ha ido más allá atribuyendo a Mas, Ortega y Rigau una «traición al independentismo» por haberse desmarcado de la desobediencia, y considera que los encausados han desaprovechado una oportunidad para demostrar ante todo el mundo que están dispuestos a desobedecer.
En la misma línea, una figura de la órbita cupaire como Pau Llonch ha expresado en Twitter: «Gallito desobediente ante la prensa, acatador ante los tribunales. ¿Junqueras y Romeva harán lo mismo? Flaco favor les hace». Insistiendo en esta idea, ha publicado: «La estrategia de defensa hoy es la clave. Deja el culo al aire en ulteriores procedimientos a aquellos que sí que desobedezcan».
El abogado de Ortega
Según publica Crónica Global, dirigentes del PDEcat culpan a Rafael Entrena, el abogado (y compañero sentimental) de la ex vicepresidenta Joana Ortega, de haber forzado la tesis que sostiene que no se desobedeció al Tribunal Constitucional. Piensan, según este digital, que Entrena ha tirado del argumentario en este sentido, de forma que los otros letrados han tenido que adaptarse para no incurrir en contradicciones.
