El equipo de gobierno de PSC y CiU de Terrassa que encabeza el socialista Jordi Ballart es un ejemplo clamoroso de incoherencia política. Si ahora hace un año, con el apoyo de siete de los nueve concejales del PSC, el Ayuntamiento decidió adherirse a la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI), ahora Jordi Ballart ha pactado los presupuestos para el 2017… con los tres regidores de Ciutadans, que se abstendrán para facilitar su aprobación.
El plenario municipal de Terrassa está formado por el PSC (9 concejales), Terrassa en Comú (6 concejales), ERC (4 concejales), CiU (3 concejales), Ciutadans (3 concejales), CUP (1 concejal) y PP (1 concejal). Para acabar de liarla, la regidora convergente Meritxell Lluís, que forma parte del equipo de gobierno que ha pactado los presupuestos con Ciutadans, es la mujer del consejero de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull, un acérrimo independentista.
Hace unas semanas se especuló que Jordi Ballart podría decidir cambiar de «pareja de baile«, romper la alianza con CiU y formalizar un pacto municipal con Terrassa en Comú, que le garantizaría una sólida mayoría absoluta. Es en este sentido que se interpretó su decisión de remunicipalizar la gestión del agua doméstica, una de las banderas programáticas de la izquierda alternativa. Pero, a la hora de la verdad, Jordi Ballart se ha arrugado y aprobará los presupuestos municipales gracias a CiU y a Ciutadans.
