Afectados por el ‘caso Nadia’ se constituirán en plataforma

El colectivo pide personarse como acusación particular en el procedimiento judicial para que el dinero inmovilizado se destine a fines benéficos
NADIA PARES
NADIA PARES

Algunas de las personas afectadas por la estafa del caso Nadia han decidido crear una plataforma para poder personarse como acusación particular en el procedimiento abierto por el juzgado de instrucción número 1 de la Seu d’Urgell, en relación al dinero que ha sido inmovilizado por el magistrado Ignacio Risueño y que forma parte de la cuenta bancaria de la Asociación Nadia Nerea para la Tricotiodistròfia. El colectivo que se constituirá en la capital alturgullenca tiene como principal objetivo que los 319.676 euros de saldo retenidos no se lleguen a perder y se puedan destinar a otras organizaciones o entidades que tengan como finalidad ayudar a niños con problemas graves de salud.

El número de personas anónimas, que sólo querían ayudar a una niña enferma, podría superar las 4.000 en todo el Estado español. Según ha podido saber EL TRIANGLE, algunos de los engañados se han reunido en las últimas horas con abogados para poner en marcha la iniciativa. El caso se encontrará bajo secreto de sumario, como mínimo, hasta después de Reyes. A partir de entonces los letrados decidirán la forma de proceder respecto a un fraude cuantificado en más de un millón de euros.

Mientras tanto, Nadia Nerea, de 11 años, sigue bajo la tutela de la hermana de su madre en Palma de Mallorca. La madre, Marga Garau, que vive a unos siete kilómetros de distancia, sólo puede visitarla los fines de semana, según la orden dictada por el magistrado que dictaminó que quedase en libertad con cargos pero suspendiéndole la patria potestad. El padre, Fernando Blanco, se encuentra en prisión sin fianza en el penal de Lleida.

Los progenitores de la pequeña iniciaron en 2008 una campaña para recaudar fondos a favor de su hija, afectada por tricotiodistrofia, una enfermedad genética rara. Los padres se gastaron dos terceras partes del dinero, unos 600.000 euros, pero no emplearon esos fondos en abonar los carísimos tratamientos médicos que, según el padre, precisaba la niña -como una supuesta operación en Houston-, sino en bienes para su uso y disfrute particular.

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