EL BARÇA BUSCA HACER LAS PACES CON EL LAPORTISMO

La asamblea de compromisarios de este próximo sábado tiene que decidir la retirada de la acción de responsabilidad
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La pretendida y mal llamada paz social que reclama al Barça el sector opositor a la actual junta de Josep Maria Bartomeu vivirá un rocambolesco episodio jurídico y social sin precedentes en la historia del club hasta la celebración de una asamblea extraordinaria el próximo día 18 de diciembre. La directiva de Bartomeu, heredera de la de Sandro Rosell y que votó en su momento, el 16 de octubre del 2010, iniciar una demanda de acción de responsabilidad contra la junta de Joan Laporta, ahora tiene prisa, casi urgencia, para cerrarla en falso con un pacto que se avance a la sentencia de su recurso ante la Audiencia Provincial. 

LOS INTERESES DEL CLUB NO CUENTAN

Este pacto llega envuelto en el miedo, la cobardía y la coincidencia de poderosos intereses personales internos y externos que ya no tienen nada que ver con el verdadero fondo de la cuestión: la defensa del patrimonio de los socios del FC Barcelona, en este caso concreto contra el perjuicio financiero y económico derivado de las pérdidas de 47,6 millones de euros de la directiva de Joan Laporta entre el 2006 y el 2010. La reclamación jurídica por esta cantidad, aprobada en asamblea por los socios del club el octubre del 2010, fue estimada y reconocida en la sentencia de primera instancia, así como el carácter objetivo de su responsabilidad.

Sin embargo, el mismo juez del caso desestimó la exigencia de volver estos 47.600.000 euros argumentando que hechos posteriores como la transacción entre el FC Barcelona y Sogecable (2011) podrían haber modificado la cantidad. Un contrasentido, según los expertos, puesto que la sentencia no alteró, al contrario, ni las pérdidas del último ejercicio de Laporta de 79,6 millones ni el déficit de su mandato de 47,6 millones.

Como resultado, el FC Barcelona presentó recurso ante la Audiencia Provincial, mientras que también los 17 demandados y la aseguradora Zurich impugnaron por su parte la sentencia contra esta responsabilidad objetiva y la estimación íntegra de las pérdidas. Ahora que la hibernación judicial ha acabado se han puesto manos a la obra las fuerzas más oscuras y telúricas del entorno de Laporta, este núcleo de poder guardiolista y cruyffista con ramificaciones en los sectores más sospechosos de la antigua Convergencia y el apadrinamiento de Jaume Roures.

PROMESAS ESTRATÉGICAS

La muerte este mismo año de Johan Cruyff y el papel benefactor del actual primer vicepresidente Jordi Cardoner, aspirando a heredar la presidencia sin enemigos en este entorno, propiciaron que en el fragor de las conversaciones culminadas con una aportación de dos millones de euros a Cruyff Foundation y la Academia se añadiera la promesa de reconsiderar la postura, hasta entonces inflexible, respecto a la demanda de acción de responsabilidad.

Hay otros motivos, pero el principal es el miedo que este entorno, que ya dejó el club en la ruina, se vuelva agresivo. Jordi Cardoner le tiene pánico, igual que Manel Arroyo y Carles Vilarrubí, los otros dos vicepresidentes de más peso en una junta que Bartomeu no controla del todo. Manel Arroyo también quiere llegar fresco e indemne al momento de la sucesión, y Carles Vilarrubí, por su parte, se mueve desde hace años más a su favor y al de determinadas personas de esta oposición que en el ámbito de la lealtad al club y al presidente. Se da el caso, además, que hay un conflicto de intereses por su relación con Zurich a través de la compañía Willis.

LEE EL REPORTAJE COMPLETO EN LA EDICIÓN EN PAPEL DE EL TRIANGLE DE ESTA SEMANA 

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