El consejero de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull, se ha convertido en el azote implacable de Renfe, empresa pública que gestiona el servicio de Cercanías y Regionales. Cualquier incidencia de los trenes de Renfe –que opera más de mil servicios diarios en Cataluña- es magnificada rápidamente por el eficaz equipo de Comunicación del consejero Josep Rull, que tiene esta compañía en la diana permanente.
El objetivo político de esta campaña de desgaste anti-Renfe del consejero es obvio: conseguir del Gobierno central el traspaso de las infraestructuras ferroviarias en Cataluña. Pero el belicoso consejero de Territorio y Sostenibilidad yerra el tiro. En primer lugar, porque la Generalitat ya tiene transferidas desde el año 2010 las competencias para la gestión de los servicios de Cercanías y Regionales; y, en segundo lugar, porque las infraestructuras ferroviarias –que no han sido transferidas- son titularidad de Adify no de Renfe.
En esta «guerra patriótica» todo vale y Josep Rull ha dimitido voluntariamente de sus responsabilidades directas sobre Cercanías y Regionales para optar por la estrategia de la confrontación y el desgaste permanente contra Renfe.
Pero el consejero tiene una viga en el ojo. Desde hace meses, los trenes cremallera de Montserrat y Núria –que son titularidad de Ferrocarriles de la Generalitat (FGC), empresa dependiente del departamento de Territorio y Sostenibilidad- viven una situación de conflictividad laboral que se traduce en reiteradas paradas del servicio, la última de las cuales fue el pasado día 12 de octubre. Los trabajadores de estas instalaciones se quejan que no han recuperado los recortes salariales sufridos durante los últimos años y que, además, sus condiciones laborales son inferiores a las de los otros empleados de FGC.
Cómo es obvio, el eficaz servicio de Comunicación del consejero Josep Rull no dice ni mú de estas huelgas de los trenes cremallera, que también afectan a miles de ciudadanos que quieren pasar un día de recreo en Montserrat o en Núria. ¡Y, encima, el consejero siempre pone a FGC como ejemplo de buena gestión frente al desastre de Renfe!
