La alcaldesa de Barcelona, AdaColau, volverá a ser madre. ¿Y qué importancia tiene esto para la política municipal y catalana? Ninguna. Pero la insigne alcaldesa de la capital catalana consideró que los ciudadanos, los medios de comunicación y la divina providencia debían de estar enterados que está preñada de trece semanas, y por eso dedicó un emotivo post en su Facebook para anunciar la buena nueva. Más allá de poder felicitar la alcaldesa por su estado y desearle que todo vaya bien y con salud llena, el paso que dio Ada Colau publicando su embarazo abrió la puerta a que los ciudadanos y los medios entren en su vida privada.
Airear que espera un hijo sabiendo que esto ahora no tiene ninguna implicación en su vida pública ni en su agenda como alcaldesa de Barcelona, es dar pie a que ahora puedan preguntarle como va con su marido, qué relación tiene con sus primos o si se lleva bien con sus suegros, por ejemplo. No es malo que se sepa que espera un hijo, pero anunciarlo tan grandilocuente y solemne puede tener consecuencias, y no todas agradables para Ada Colau. Si alguien airea su vida privada, se expone a que le reclamen explicaciones al respecto.
