La posición oficial del PSOE sobre la investidura de Mariano Rajoy es una abstención en bloque, sin mínimos. Por lo tanto, no acepta disidencias. Lo ha vuelto dejado claro el presidente de la gestora del partido, Javier Fernández, que ha descartado que la postura, adoptada por el comité federal el pasado fin de semana, pueda ser negociada.
Los líderes de ocho federaciones socialistas, entre ellos la balear Francina Armengol (pero no Miquel Iceta), habían remitido una carta a Fernández para pedirle que sólo se abstuviera el mínimo de diputados necesarios para que Rajoy fuera investido, y no todos los representantes del PSOE. En este sentido, manifestaban que «queremos ayudar a superarla con el menor coste para el PSOE» y pedían una reunión urgente con Fernández.
El encuentro, una vez conocida la respuesta del presidente de la gestora, no parece probable. Mientras tanto, la prensa madrileña se refiere a la intranquilidad que le genera a la líder de los socialistas andaluces, Susana Díaz, la posibilidad que Josep Borrell forme un tándem con Pedro Sánchez y le dispute la secretaría general del PSOE. Por otro lado, Sánchez no piensa obedecer las instrucciones de la gestora. El Confidencial, citando fuentes cercanas a la ex líder del PSOE, también publica que Sánchez ha pedido informes jurídicos para explorar una posible defensa de su posición en el Tribunal Constitucional.
